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Marcelo Federici, Protesorero de ACOVI, dialogó sobre los momentos de tensión y preocupación que se viven en la vitivinicultura derivados, principalmente, de dos factores: la exención del impuesto interno a los espumantes y la posible derogación del acuerdo Mendoza-San Juan.

Por un lado, ante la inminente caída del Decreto Presidencial (que establece la suspensión transitoria del cobro del impuesto interno a la comercialización de vinos espumosos hasta el 30 de abril de 2016), las cámaras y entidades del sector vitivinícola del país, han pedido una audiencia formal con el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, para solicitarle la urgente prorroga del decreto y/o la aprobación definitiva del Proyecto de Ley 1495/14 que ya tiene media sanción en el Congreso de la Nación por la Cámara de Senadores.

En este aspecto, Federici destacó: ““El impuesto es perjudicial para el desarrollo de la misma actividad, porque ha crecido mucho en los últimos años desde que se tomó esa iniciativa de la primera empresa que propuso volcar los volúmenes de dinero, que representaba el impuesto, en su tecnología de producción”.

“Estamos muy preocupados, porque el espumante ha dejado de ser un artículo de lujo. Se ha vuelto más masivo, más popular y ahora se consume en la cotidianeidad”.

En este sentido, a través de un comunicado de prensa, los actores de la industria advirtieron sobre el impacto económico negativo y el perjuicio que desencadenará el pago del gravamen (12%) por el sector de vinos espumosos en el marco de la Ley de Impuestos Internos, fundamentalmente, en cada uno de los eslabones de la cadena de valor del sector vitivinícola del país.

“Es un impuesto fuerte, que genera problemas de rentabilidad en la cadena industrial y productiva. Desalienta las inversiones en tecnología y cultivo. Es por eso que hay que sacarlo de la Ley de Impuesto Interno”, mencionó el protesorero de ACOVI.

Otros testimonios.

Walter Bressia, Presidente de Bodegas Argentinas, y José Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina, se hicieron presentes en La Enoteca y dialogaron en conferencia de prensa sobre los aspectos a tener en cuenta en la problemática del impuesto a los espumantes.

“Lo que consiguió la actividad vitivinícola fue una compensación del impuesto en infraestructura”, detalló Bressia y añadió: ”Si nosotros debíamos tributar, por ejemplo, 100 pesos por impuestos, la industria se comprometió durante todo este tiempo y ha logrado 125 en los 10 años, más o menos que lleva este decreto. La industria ha reinvertido en el sector más de 1.500 millones”.

Bressia (2)

“Si nosotros compensamos el IVA, más impuesto a las ganancias, más costos de producción, nos damos cuenta que estamos por encima de lo que debíamos tributar. Son más de 100.000 familias que viven de este sector”, explicó el dirigente.

José Zuccardi

Por otro lado, José Zuccardi mencionó los planteos y preocupaciones del sector en caso de tener que pagar el impuesto: “Son 500 millones de pesos que se van de la zona de producción y no vuelven en ningún concepto”, dijo y sentenció: “Para nosotros es un desastre. Es un golpe durísimo para la vitivinicultura”.

Por último, ambos referentes del sector coincidieron en que los espumantes no deben ser considerados dentro del impuesto interno: “El error original es haber puesto esto en la ley de impuestos internos. Durante 10 años se mitigó el efecto de este error”, destacaron. “Hoy necesitamos la suspensión del decreto, una extensión de los plazos del decreto y la sanción definitiva de la ley que ya tiene media sanción”.

El acuerdo Mendoza – San Juan corre riesgo de caerse.

En las últimas semanas, se han desarrollado diferentes reuniones para tratar el acuerdo entre Mendoza y San Juan (por el cual ambas provincias destinarían 20% de su producción a mosto), el cual corre riego de ser derogado.

Marcelo Federici, Protesorero de ACOVI, explicó que “es un error proponer su derogación sin tener en claro qué mecanismos podemos aplicar. Creemos que el convenio durante 19 años ha funcionado bien”.

Además, agregó: “Tuvimos un inconveniente, muy problemático, que se produjo en el 2014 que partió de una mala estimación de la cosecha y malas decisiones políticas que nos llevó a generar un stock muy grande de vinos que, indefectiblemente, nos generó una caída de precios estrepitosa”.

“Hemos estado 3 años con los mismos niveles de precio. Eso no es sustentable, es completamente perjudicial. Se plantea derogarlo sin tener una medida u otra herramienta desarrollada para suplirlo, lo que sería una locura”, declaró.

En este sentido, ejemplificó la situación que se produciría en caso de no producir mosto en la provincia: “Si no hacemos mosto hoy, según lo que analizamos entre 80 mil y 90 mil toneladas de mosto, que representa 300 millones de litros, estaríamos en una situación de stock muy complicada”.

“El consumo de Argentina es 75% vino tinto, 25% vino blanco. El vino blanco que se consume está en 20 millones de litros, aproximadamente. Si volcamos 300 millones de mosto a vino blanco, estamos hablando de sobre stock de 12 meses, que haría caer por el piso el precio del vino blanco y arrastraría el tinto. Es decir, habría una baja en ambos vinos que daría una situación insostenible para el sector vitivinícola”, finalizó.

 

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