Como consecuencia del evento Niño este año se han dado las condiciones predisponentes tanto para peronospora de racimo como de vid. En la primera, el agente causal, según destacan desde el INTA es la Plasmopara vitícola, que afecta todas las partes verdes de la planta. En tanto, el segundo está asociado a un complejo etiológico donde intervienen principalmente hongos y se manifiesta en racimos durante todo su ciclo.
“Hemos visto ataque tanto en hoja como en racimos, aunque no en una forma generalizada. Las regiones Este y Norte son las más afectadas con este problema. En el Sur hemos visto algo en la zona de Real del Padre, algo en General Alvear. Hay que ser cautos, tenemos presencia en todas las regiones pera no podemos hablar todavía de daños significativos”, agregó Massi, quien aseguró que el problema de la polilla de la vid también está afectando a las fincas en zonas cuarentenadas.
Al cierre de esta edición, los precios de productos para tratamientos sistémicos, que se cotizan en dólares, dependiendo de la zona todavía no estaban definidos y la respuesta en las casas de agroquímicos era “no tenemos precios, hay que esperar que se estabilice el dólar”.
Sin embargo, información a la que tuvo acceso Los Andes, mostraba como referencia los siguientes valores: un fungicida de acción sistémica con Benalaxyl-M y Mancozeb, rondaba los $ 570 pesos por kilo de producto, por hectárea se necesitan 2 kilos por lo tanto el costo por hectárea sería de $ 1.140.
En tanto, otro producto de referencia, en este caso líquido, con componentes activos Ametoctradin y Dimetomorf, tiene un costo por hectárea de unos 1.104 pesos. A esto hay que sumar la mano de obra por colación del producto y la maquinaria para saber el costo total de la aplicación.
La visión en el campo
Mendoza, según datos del Observatorio, cuenta con 159 mil hectáreas de vid, divididas en Zona Alta del Río Mendoza, 28,6 mil hectáreas (18%); Este, 68,1 mil hectáreas (43%); Norte, 16,4 mil hectáreas (10%); Sur, 18,7 mil hectáreas (12%), y Valle de Uco, 27,7 mil hectáreas (17%).
Los centros de desarrollo vitícola de diferentes regiones de la provincia coinciden en el diagnóstico realizado por Acovi, es decir, que se visualizan focos, pero que estos no están generalizados y con tratamientos sistémicos se pueden mantener bajo control.
Horacio Peinado, del Centro de Desarrollo Vitícola La Consulta (INTA-Coviar), dijo que “nosotros hemos estado visitando fincas y hemos visto que existen pequeños focos de peronospora en algunas propiedades en el Valle de Uco. Principalmente se da en los viñedos que el año anterior tuvieron problemas con este hongo y no se ocuparon de la situación. Este año, con condiciones climáticas predisponentes, se han desarrollado algunos problemas”.
El técnico agregó que “la primavera lluviosa ha posibilitado que se den estos tipos de problemas; sin embargo, las bajas temperaturas han ayudado a que el daño no sea mayor. Las variedades que hemos visto con mayor afectación son Pedro Giménez y en algún caso malbec, pero vale aclarar que son focos pequeños”.
Por su parte, Gabriela Acosta, del Centro de desarrollo vitícola Luján de Cuyo – Maipú, estimó que “en nuestras visitas regulares a campo, hemos observado algunas fincas con focos de peronospora, pero los casos dependen mucho del manejo que el productor haya hecho en el viñedo. Una de las cuestiones que más nos ha llamado la atención es la presencia de peronospora en el racimo, que eventualmente termina afectando los granos del racimo y en consecuencia el rendimiento por hectárea”.
En tanto, Alejandro García, del Centro de Desarrollo Vitícola de Santa Rosa, Rivadavia y La Paz, sostuvo que “hay focos de peronospora en la zona, principalmente en las variedades que son más susceptibles. A diferencia de otros años, esta temporada vemos que hay ataque al racimo. Esto se da principalmente por las condiciones climáticas: la humedad alta que estamos teniendo”.
Control de la enfermedad
Desde el INTA destacaron que en caso de aplicar fungicidas sistémicos, los productos deben estar registrados en Senasa. En todos los casos se debe respetar los períodos de carencia y dosis recomendadas en el marbete. Hay que evaluar las restricciones de uso en cuanto a cantidad de aplicaciones del producto por temporada.
Para evitar generar resistencia al producto utilizado se debe mezclar con otros y tener en cuenta los horarios de aplicación, precauciones de exposición y protección de la salud. En tanto, destacaron que los productores deben tener presente que el daño producido por oídio de la vid y Lobesia botrana en racimos incrementa la incidencia y severidad de la podredumbre de los racimos, razón por la cual se recomienda incluir los tratamientos fitosanitarios para controlar esta plaga y enfermedad en el esquema de pulverización.
Además, recordaron que esta semana entró en vigencia la segunda alerta para el control químico – biológico de la polilla de la vid en las áreas cuarentenadas y bajo plan de contingencia de la provincia.
Debido a la variabilidad de las condiciones climáticas presentes en toda la provincia, las cuales han incidido directamente en el estado fenológico de la vid y en el ciclo biológico de la plaga, se han determinado tres zonas productivas con fechas de inicio diferentes para realizar tratamiento.
Al norte de Ruta 7: iniciar el 19 de diciembre, manteniendo protegido el viñedo hasta el 27 de diciembre. Al sur de Ruta 7 y norte del río Mendoza: iniciar el 28 de diciembre, manteniendo protegido el viñedo hasta el 8 de enero. Al sur del río Mendoza y Valle de Uco: iniciar el 4 enero próximo, manteniendo protegido el viñedo hasta el 14 de enero.
María Soledad Gonzalez – sgonzalez@losandes.com.ar