En junio último se necesitaron 60,28 litros de vino tinto o 65,32 de blanco para pagar un día de trabajo a un obrero sin antigüedad, mientras que en el mismo mes del 2013 requirió 55,75 o 61,66 litros, respectivamente.

 Es uno de los datos del último informe del Observatorio de Acovi sobre el poder adquisitivo del vino frente a insumos necesarios para la producción y subsistencia, como los agroquímicos: según el análisis, mientras la relación por kilo de fertilizante (urea) ya es de 2,09 litros de tinto o 2,27 de blanco, hace un año era de 0,98 o 1,09 litros, respectivamente. Para adquirir un litro de gifosato (herbicida), a junio último se necesitaron 13,28 litros de color o 14,39 de blanco, contra 7,54 o 8,34 litros, en ese orden.

En cuanto al litro de gasoil, de 2,66 litros de tinto o 2,95 de blanco que costaba en 2013, a fines de junio pasado trepó a 3,44 y 3,73.
Al comparar con los alimentos, la relación es distante. Por ejemplo, adquirir un litro de leche pasteurizada (precio mayorista, sin IVA) equivale a  3,36 litros de vino tinto o 3,64 de vino blanco, cuando hace un año demandaba 2,94 de tinto o 3,26 de blanco.

¿Vino versus carne? Por kilo de hacienda en el Mercado de Liniers, en junio hubo que invertir 4,87 litros de vino tinto o 5,28 de blanco, a diferencia de 2013, cuando hacían falta 4,04 o 4,47 respectivamente. Y para hacerse de un kilo de pan, todavía más: requería 4,87 tinto o 5,39 de blanco en 2013, y hoy casi $ 2 más por cada tipo.

También se amplió la brecha con el mercado cambiario. Un dólar blue cuesta 4,08 litros de vino tinto o 4,42 de blanco, contra 3,27 o 3,61, respectivamente, que se desembolsaba por unidad un año atrás.

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