“La esencia social del cooperativismo es algo que no se tiene que perder”
Mabel Valero tiene 33 años, es productora y nieta de un socio fundador de la Cooperativa Nueva California. También es profesora de química en dos secundarios rurales y vicepresidente de la Juventud Cooperativa Vitivinícola – JUCOVI.
Su caso no fue el típico. “En general son los padres los que llevan a los hijos. Para mi fue al revés, yo le insistía a mi papá para que fuera a las reuniones. En 2007 empece a ir a las primeras asambleas y mi papá me acompañaba”, relata Valero, quien hoy está a cargo del viñedo de 11 hectáreas de su familia.
En 2010, ya recibida de bromatóloga y con los estudios de enología comenzados, empezó a trabajar en la cooperativa Nueva California. “Cuando empecé a trabajar allí, me gustó cada vez más, en especial la parte social. Me toco trabajar en las fincas, con mucho contacto con el productor, visitarlos en sus casas y sus viñedos. Es fácil comunicarse porque hablamos el mismo idioma. La mayoria de la gente de nuestra cooperativa vive en la finca y son casi todos vecinos. Es un ambiente muy lindo”.
Además, Mabel participa en JUCOVI desde 2011, desde donde buscan motivar y capacitar a otros jóvenes cooperativistas. “Me invitaron a un viaje a Rosario por el día del cooperativismo y como trabajaba en la cooperativa, acepté. Me gusto la forma de trabajar y hablar de ellos. De a poco empecé a participar en las reuniones y hasta organicé una visita a nuestra cooperativa”, recuerda la joven, que fue reelecta como vicepresidente hasta 2020.
Es común escuchar lo dificil que es hoy atraer a los jóvenes al campo. Por eso, la productora destaca dos hay dos factores de JUCOVI: “Uno es la amistad y otro las capacitaciones, que son tanto técnicas de vitivinicultura como gremiales, de oratoria”. También organizan visitas a distintas cooperativas del sistema, para conocer cada lugar, las maquinarias y cómo trabaja cada una.
“En JUCOVI tenemos de todo, desde psicólogos hasta enólogos. Por eso, no buscamos que el día de mañana los jóvenes vayan a trabajar la finca y dejen sus estudios. Las capacitaciones se vinculan a que puedan hacerse cargo del viñedo y conozcan lo básico para llevar la actividad”, comenta.
Estas actividades son las que han ido captando la atención de nuevos participantes: “Nos llama positivamente la atencion que se han sumado en el ultimo tiempo muchos chicos jóvenes, incluso de menos de 18”.
Mirando al futuo, Valero cree que el mayor desafío del sector por delante es la incorporación de tecnología. “Tecnificarnos más y modernizar los viñedos: tenemos que ir por ese camino para que sean cada vez más rentables y no se abandonen”.
Y por último agrega: “Y no hay que olviderse de lo social, encontrarse con el amigo y el vecino. Ir a las reuniones. Hay que mantener esa esencia social del cooperativismo, es algo que no se tiene que perder”.