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Mendoza atraviesa una de las crisis hídricas más importantes de las últimas décadas. La situación mundial es muy compleja desde el enfoque del cuidado del agua. Las sequías afectan a importantes ríos en todo el globo terráqueo. La cuenca del Río Atuel, Diamante y Malargüe atraviesan una sequía hidrológica severa. Según el D.G.I. , la cuenca del Río Mendoza presenta una sequía hidrológica moderada y la cuenca del Río Tunuyán presenta una sequía hidrológica extrema. Cuando la disponibilidad hídrica para el riego agrícola es baja, por la priorización del consumo residencial y la falta de oferta, inversiones e ineficiencia en la distribución , el consumo de energía para pozo de riego se incrementa. Es posible observar dicho comportamiento en el gráfico de consumo de Mwh acumulado mensual en especial para los años hidrológicamente de sequía severa. 

 

Es fundamental contar con la disponibilidad del recurso suficiente para garantizar la producción en la próxima temporada de cosecha sumando la necesidad de realizar un combate contra el riesgo de heladas.

El impacto de la reducción del subsidio energético nacional, que en un primer momento era residencial pero que intempestivamente se aplicó al sector productivo, se suma a los ajustes de actualización semestral del VAD provincial. La recuperación del precio del vino se ve frenada por los incrementos de costos en la producción que restan competitividad a un sector agroexportador con gran efecto multiplicador en la generación de valor agregado y empleo; ahora adicionalmente se suma el impacto energético. El productor recibe un precio que no puede trasladar los aumentos de costos energéticos que va sufriendo. El ciclo de riego agrícola 2022/2023 tendrá un impacto del 134% de aumento, y si la quita de subsidios se acelera según lo previsto puede llegar a duplicar los costos.

 

El productor vitícola se enfrenta a una campaña de riego que viene con la advertencia de la DGI como de las más duras de la historia. Esto incrementa el uso de energía para pozo con el objeto de cubrir los requerimientos de riego. El subsidio provincial existente para riego agrícola que se viene presupuestando para compensar los impactos no sigue la carrera de la inflación. Dicho subsidio provincial debe ayudar a disminuir el impacto como bien se hizo en los períodos 2017-2018 que fueron similares a la situación actual de quita de subsidios nacionales agravados por la sequía. La próxima campaña de riego enfrenta a los productores en una situación crítica. Es necesario una acción urgente para suspender la aplicación de la quita del subsidio nacional a un sector en emergencia hídrica por la sequía.

 

El subsidio al riego agrícola se proyecta como insuficiente para mitigar los impactos que viene recibiendo el sector.

La situación de sequía declarada por las autoridades del Departamento General de Irrigación pone al productor de cara a uno de los peores ciclos de riego agrícola. 

Desde ACOVI se viene insistiendo, como defensor del usuario de riego agrícola ante las audiencias del EPRE, con una serie de propuestas:

 

  • Articular políticas públicas abordando de forma conjunta la eficiencia hídrica y energética.
  • Potenciar líneas disponibles y desarrollar estudios técnicos de factibilidad entre EMESA y EPRE (parques fotovoltaicos) para potenciar inversiones en economías de escala con las inspecciones de cauce y usuarios de riego agrícola.
  • Asesoramiento y relevamiento de bombas y motores: cambio o reparación para utilizar menos potencia para sacar el mismo caudal.
  • Fomentar el uso del riego en baja. Redireccionar el aumento previsto ya que es un mensaje contradictorio (mayor porcentaje de aumento en baja que en alta)
  • Inversión Pública en construcción de reservorios de agua. Cambio de paradigma: pasar de un sistema de riego “de oferta” a “demanda” con la posibilidad de reforzar la dotación mediante el uso de perforaciones en cabecera de hijuela a cargo de las inspecciones de cauce.
  • Reducción de carga impositiva de IVA e Ingresos Brutos ya que supera el 30% del costo total de la factura.
  • Cálculo de tasa de fiscalización y control y CCCE sobre subtotal básico sin IVA
  • Incrementar el presupuesto al subsidio de riego agrícola en función de los aumentos tarifarios teniendo en cuenta la mayor demanda que será necesaria por la sequía. 
  • Fuerte campaña de difusión del sistema de estabilización de la factura eléctrica por consumo estacional para riego agrícola y elaboración.
  • Incorporar representantes del sector productivo dentro del clúster de energías renovables, generando mayor sinergia entre las empresas participantes y el sector productivo con el objeto de incorporar esta tecnología a la producción.
  • En 2016 se impulsó un proyecto de ley nacional en el congreso para lograr una tarifa diferencial nacional al riego agrícola de las provincias de La Rioja y Mendoza. Es importante potenciarlo ante el impacto de la quita de subsidios progresiva que veremos de acá a diciembre.
  • Las líneas de financiamiento para eficiencia energética y reconversión necesitarán ser más específicas atendiendo a las características del sector productivo.
  • Modificar los momentos de actualización del VAD para que no impacte en los momentos de más demanda en riego agrícola y también en el período de elaboración.
  • Eliminación del alumbrado público para el sector productivo por doble imposición al pagarlo también como usuario residencial

 

Conclusión

La economía nacional enfrenta un panorama macroeconómico complejo con tasas de interés en crecimiento, inflación descontrolada y crisis en la balanza de pagos. No se puede tomar como razonable una política de ajuste en el costo energético que impacte en un sector productivo que viene golpeado por una crisis hídrica. En uno de los peores años climatológicos e hidrológicos el aplicar aumentos desproporcionados no hacen más que frenar la recuperación de la producción y empleo del sector agroindustrial vitivinícola. Es una industria que trae dólares tan escasos en el país, con exportación de un valor agregado más que importante. La generación y multiplicación de empleo supera el de muchas actividades medidas en la matriz insumo producto sumado al arraigo y desarrollo local. Todo lo anteriormente expresado tiene consecuencias negativas para la recuperación económica de la provincia y del país. 

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