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Compartimos fragmentos de las notas de Diario Los Andes y Sitio Andino, de los periodistas Mauricio Manini (LA), Sandra Conte (LA) y Miguel Flores (Sitio Andino).

Vitivinicultura: la cosecha manual costará hasta $45.000 por hectárea

Con las primeras cosechas del año y a poco de comenzar la etapa fuerte, los números crecen en los cuadernos a la par de los racimos. Si se toman informes de la temporada pasada y se los actualiza con la inflación 2020 del Indec (36%), se observa que la cosecha manual por hectárea puede costar entre $45.000 (blancas comunes) y $40.000 (tintas comunes). Otras opciones son la cosecha asistida, de $44.600 para blancas y $38.800 para tintas, y la mecanizada, de $60.350 y $56.900, respectivamente.

Póngale por las hileras

Una base que utilizó Los Andes para hacer cálculos es el informe “Costos de Cosecha 2020. Comparación entre distintos sistemas”, realizado por el Observatorio Cooperativo de Aavoci (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas). Sin contar IVA, ahí se comparó con producciones de 10 hectáreas de uvas comunes blancas (rendimiento 200 qq/ha) y tintas (rendimiento 150qq/ha). La cosecha de las uvas varietales tiene un costo mayor, por lo que estos cálculos pueden usarse como base.

Comenzando por la cosecha manual, es la más popular en la provincia y requiere una amplia mano de obra. Para tener una dimensión, en los números de Acovi el costo asociado al pago de las fichas a los cosechadores representó entre el 45% y el 51% del costo total de una cosecha manual, estimando una cuadrilla de 15 personas para 10 hectáreas.

Según estima el informe, en 2020 se pagó $15 por un tacho de uva blanca común y $20 por uno de uva tinta común. La diferencia de precios está en que, como se comentó, la cosecha se torna más ágil y sencilla cuando hay mayor rendimiento. Actualizando esos valores en base a una inflación del 36%, ahora costaría como base $20 el tacho de uva blanca y $27 el de tinta.

La cosecha manual incluye la figura del cuadrillero, que cumple las funciones adicionales de asegurar la asistencia de los cosechadores y su control. También hace las funciones de recorredor y sacahojas. Por estas labores recibe el valor de una ficha por quintal cosechado, lo que actualizado serían alrededor de $4.080 por hectárea.

Tiene aquí un gran peso el Convenio de Corresponsabilidad Gremial (CCG), que es un acuerdo entre gremios y empresarios que permite al trabajador acceder a la seguridad social. El año pasado se estimaba un costo de $26 por quintal, y este año se estima que rondará los $35, lo que por hectárea de blanca daría $7.075 y por hectárea de tinta $5.307.

El último valor importante es el flete y se puede tomar una extensión amplia de 25 km entre finca y bodega. Se supone que el transportista es monotributista, aplicando un promedio entre la tarifa sugerida por Aprocam y el sector empresario para la cosecha 2020. Actualizado con inflación, tendría un costo de $13.786 para hectárea de blanca y $10.340 para tinta

Cuando se hace el cálculo de costo de ficha y cuadrilla, el valor de esos ítems por hectárea resulta igual para ambos colores ($20.400 más $4.080), porque en uno se paga menos la ficha pero se cosecha más cantidad. La diferencia de valor se da sumando los otros ítems: para una hectárea de uva blanca quedaría un costo total final de $45.341 ($226,7 por quintal) y para una de uvas tintas quedaría en un precio de $40.125 (unos $267,5 por quintal).

Los trabajadores reclaman por mejores pagos, pero las empresas y productores aseguran que los valores de mercado no acompañan.
LOS TRABAJADORES RECLAMAN POR MEJORES PAGOS, PERO LAS EMPRESAS Y PRODUCTORES ASEGURAN QUE LOS VALORES DE MERCADO NO ACOMPAÑAN.IGNACIO BLANCO | IGNACIO BLANCO

En su informe de 2020, Acovi calculaba una cosecha asistida con bines, para el caso de parral, con un productor propietario del tractor cosechero y que alquila el kit de cosecha asistida (20 bines, un elevador-volcador estático para cargar la uva en el camión y una uña para acarrear los bines desde el parral). Como mejoran las condiciones, el tiempo y la productividad, cuenta con una cuadrilla de 10 personas.

Una diferencia con la manual es que en vez de ficha se habla de “fichón”, que se abona por bin cosechado. El precio del fichón se calcula suponiendo que con 20 tachos se llena un bin, lo que este año significaría una cifra cercana a $325 para el caso de uva blanca y $435 para uva tinta común. De vuelta, como el escenario de blancas es de mayor rendimiento (200 qq/ha contra 150 qq/ha), cuando se calcula por hectárea, el valor resulta ser el mismo para ambas: $16.320

En cuanto a personal, se suprime la función del cuadrillero en este escenario, pero hay que contratar alguien que opere el tractor viñatero que traslada los bines y otra persona para operar el elevador-volcador estático. Incluyendo cargas patronales, rondarían en total $1.923 por hectárea de blanca y $1.783 por una de tinta. A eso se suma en combustible de maquinarias $268 y $248, respectivamente.

El CCG también tiene peso en esta modalidad, que este año rondaría en $7.075 para una hectárea de blancas y de $5.307 para tintas. El último ítem es la amortización del tractor personal, de $343 y $317, respectivamente. Una vez hechas las cuentas, la calculadora señala que la cosecha asistida en 2021 tendría un costo cercano de $44.613 para una hectárea de blancas ($164 por quintal) y de unos $38.836 para una de tintas ($143 por quintal).

Mecanizada

La más novedosa de las cosechas solo puede realizarse en plantaciones adaptadas o pensadas con tal mecanismo. Se supone una finca con espaldero, ya que es en el único sistema de conducción en el cual la máquina puede ingresar a cosechar. Como las cosechadoras son muy costosas, lo común es que se alquilen por hectárea o por día de trabajo.

Al momento de consultar a referentes, los precios oscilaron entre 380 y 450 dólares más IVA, incluyendo operario. Los números dependen del estado de la finca, el modo de pago y el combustible, pero podría hacerse un precio estándar de 420 dólares (más IVA). Con un dólar oficial que a la fecha oscila en $90, tenemos que por hectárea costaría $37.800, tanto para blanca como para tinta.

Además de ese principal costo del alquiler, en los informes de cosechas que realiza Acovi para esta modalidad suelen adicionar un costo por daños y reposiciones de palos y maderas de sostén, que actualizado con la inflación sería ahora de $6.448 por hectárea. A eso, además, hay que sumar los costos por flete de 25 kilómetros, que para la producción de una hectárea de uva blanca común serían $10.137 y para una de tinta común serían $7.603.

Sumando los números, tenemos que una cosecha mecanizada de una hectárea de uva blanca común costaría $60.351 ($302 por qq), mientras que la de una hectárea de uva tinta común costaría $56.909. Este sistema de cosecha es el más costoso de los tres, principalmente debido al alto alquiler de la máquina cosechadora denominado en dólares.

Preocupa la suba de combustibles

El continuo aumento de combustibles con cinco subas en los últimos dos meses alarma al sector primario, que verá un aumento de costos en la cosecha y otras labores culturales. Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi, señaló que su preocupación “no es solo el impacto que tiene ahora en temporada de cosecha, ya que el flete representa el 25% de los costos de cosecha, sino que también esto mismo se deriva en el resto de los costos de producción”.

Fuente Los Andes

Las reiteradas lluvias y la humedad han empezado a afectar los viñedos

El año pasado, para esta época, ya se estaban cosechando diversas variedades de uva. Es que las altas temperaturas de enero habían adelantado la maduración y febrero fue benevolente. Sin embargo, en 2021, el segundo mes vino acompañado de varios días nublados y lluviosos. Esto no sólo ha demorado el proceso, sino que también implica un riesgo de podredumbre, en especial para las especies más susceptibles a enfermedades asociadas a la humedad.

Fabián Ruggeri, ingeniero agrónomo de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), comentó que están viendo que, después de las lluvias de la semana pasada y lo que va de esta, las variedades que siempre son conflictivas –como bonarda y cereza, básicamente, pero también torrontés- han empezado a presentar signos de botritis (hongo).

Son, además, las que aún se encuentran a varios días de empezar la cosecha, por lo que es necesario hacer alguna aplicación, respetando los períodos de carencia y utilizando principios activos autorizados.

Ruggeri añadió que no se trata de focos pequeños de botritis, sino que se observan varios dentro de un mismo cuartel, por lo que puede hablarse de afectación generalizada y requiere de seguimiento muy preciso. Es que no sólo se deben utilizar los productos adecuados –que tengan efecto sistémico y no únicamente en la parte de la planta que tocan- y las maquinarias en condiciones (para asegurarse de que la aplicación sea efectiva), sino que también deben acompañar el tiempo, ya que, si se matan las esporas o el hongo, pero queda uno por germinar y se mantienen las condiciones predisponentes, retoma el ataque.

El ingeniero explicó que, la semana pasada, por la humedad y las bajas temperaturas hubo muy poca evolución de la maduración, lo que ha provocado que se retrase el proceso en variedades que para esta época del año ya deberían estar a pleno. Y añadió que, si sigue la humedad, sumado a la disminución de la producción, van a haber problemas. Esto, porque si bien a la uva malbec le faltan unos 15 a 18 días para la cosecha, la torrontés, criolla, cereza o bonarda necesitan aún unos 30 días.

De todos modos, señaló que habrá que esperar un poco para ver cómo evoluciona la situación y, entre tanto, estar muy atentos a los viñedos. En este sentido, recomendó a los productores que, en caso de tener dudas, busquen asesoramiento con un especialista, en el INTA o en la Facultad de Ciencias Agrarias.

Fuente: Los Andes

Con menos bodegas, para el INV el inicio de la cosecha es comparable al 2020

Como es habitual, con las variedades blancas arrancó la cosecha de uvas, y con ella los primeros datos para determinar cómo puede resultar la temporada 2021 de la industria vitivinícola. Una añada que, a la espera del pronóstico o estimación cuantitativa, para el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) no se distingue demasiado de la anterior.

Según Nicolás Vicchi, subgerente de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas) “hay que esperar a ver cuál será el rendimiento de los tachos, y cómo afectarán las lluvias en cuanto a botrytis (enfermedad fúngica que produce mermas). Lo que más nos preocupa ahora es el impacto de la suba de combustibles en el costo de los fletes, que representan un 20%: otra suba esperada para marzo va a sorprender a la actividad en medio de la cosecha”.

Son pocos los que arriesgan valores para un mercado de uvas en formación, aunque algunos arriesgan que el litro de vino tinto básico, que hoy se paga a $22 el litro, debería trepar al menos a $30. En tanto, el dirigente recordó que el sector cooperativo vuelve a la carga con un pedido recurrente al Gobierno nacional: un precio diferencial del gasoil para las economías regionales “considerando que el 40% de su precio son impuestos”.

Fuente: Sitio Andino

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