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Los productores agrícolas anticipan que la de 2020-2021 podría tratarse de una buena temporada. Pero en las próximas semanas se terminará de definir si las perspectivas favorables se convierten en un hecho. Lo que determinará el resultado final, en gran medida, es la ocurrencia o no de heladas.

El año pasado las temperaturas bajo cero –durante los primeros días de setiembre- causaran una caída del 50% en promedio en la producción de durazno para consumo en fresco y para industria, del 70% para la ciruela y de un 30% para la uva (en combinación con la escasez de agua), los productores sólo se animan a plantear que las bajas temperaturas de este invierno y las nevadas en alta montaña configuran un escenario favorable en comparación con la temporada 2019-2020.

La ausencia de precipitaciones en los últimos dos meses ha generado que los suelos estén secos. Expectativas

Fabián Ruggeri, de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), comentó que, en principio, lo que debería ocurrir es que, con la merma productiva del orden del 30% en promedio que se produjo la temporada pasada, sumado a una esperada mayor disponibilidad de agua, las plantas tengan un incremento en la producción. Los viticultores, acotó, hablan de que la planta “descansó” y, con un riego y fertilización adecuados, tiene reservas para producir más.

Pero todo depende, aclaró, de las condiciones del tiempo y de que realmente la disponibilidad de agua sea mayor. Es que Ruggeri comentó que, si bien las heladas son lo que más daño produce a nivel global, las temperaturas elevadas y la falta de precipitaciones en la primavera pasada también generaron un aborto de flores.

El ingeniero agrónomo indicó que están muy expectantes de cómo será la brotación, que debería comenzar en unos 25 días. Es que, cuando viene pareja, generalmente significa que la cosecha será buena; mientras que, si las yemas no son homogéneas, se anticipan dificultades. Pero, aun así, el brote puede ser excelente, pero no dar como resultado un buen racimo, por lo que se trata de ir esperando cada momento.

Ruggeri comentó con preocupación que hace casi dos meses que no nieva en cordillera -aunque al principio del invierno hubo buenas precipitaciones- ni tampoco llueve en el llano. Esto último los tiene preocupados porque se necesita humedad en el suelo para atemperar las diferencias de temperatura entre el día y la noche. De lo contrario, cuando la tierra está seca, el ingreso de un frente frío moderado ya provoca daños.

Agradecemos a Sandra Conte  de Diario Los Andes 

Nota completa en  https://www.losandes.com.ar/fincas/altas-temperaturas-y-agua-un-arranque-con-viento-a-favor-para-la-nueva-temporda/

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