El ingeniero Daniel Massi escribe con al comisión hídrica de ACOVI un análisis sobre el riego acordado y la descentralización en el manejo del recurso. Compartimos a continuación este trabajo:
La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI) reúne a miles de usuarios del agua involucrados, y desde la Comisión Hídrica de la entidad seguimos este tema vital para la producción.
Con motivo de la reciente inauguración de obras hídricas sobre el río Mendoza, consideramos clave hablar sobre la modernización o flexibilización en el manejo del recurso hídrico en cuanto a la asignación a los usuarios.
Necesitamos cambiar el esquema estático que tenemos, centrado en la oferta y no en la demanda. Generar una gestión moderna requiere de obras, inversión y tiempo, además de que necesita un cambio cultural importante tanto en el sector público como en los usuarios y aquí serán fundamentales las inspecciones de cauce.
La descentralización no ha avanzado tanto como se esperaba y necesitamos que se haga para llevar a cabo la modernización. Hablamos de la distribución de agua en sus jurisdicciones y sus implicancias sobre la infraestructura y gobernanza a cargo de las inspecciones, aprovechando la escala que dan las asociaciones e incrementando la participación de los usuarios en la administración del recurso.
Algunas de las varias razones para cambiar son la imperiosa necesidad de lograr eficiencia agronómica, adecuándose a las necesidades fisiológicas de los cultivos, no cuando le toca al productor sino cuando es necesaria. Esta situación es imposible hoy en día para la mayoría de los agricultores. Como el embalse no se puede hacer en una pequeña finca por una cuestión de tamaño, esto afecta sobre todo a los pequeños productores.
Todo esto impacta sobre la productividad y rentabilidad de la producción mendocina. El llamado “riego acordado” es una alternativa de avance y permitiría mayores rendimientos, calidad y previsibilidad, así como menores costos.
Para regular la distribución es fundamental la instalación de reservorios en la red. Además, permitirían aprovechar excedentes hídricos como las lluvias, que hoy se desaprovechan.
No podemos seguir trabajando hoy de la misma forma que antes: las condiciones laborales han cambiado. Hoy ya no se riega un domingo a las 2 de la mañana que toca el turno yendo a buscar una toma a un lugar peligroso del cual no sabe el productor si vuelve a su casa. Con esas condiciones de trabajo se pierde mucha agua.
Otros beneficios son la incorporación de la pequeña producción agrícola a la modernización de la producción agropecuaria, mejorando su eficiencia. En vez de tener cada uno su pozo propio, podrían realizarse perforaciones en hijuelas, haciendo realidad el pregonado uso conjunto. Para esto es necesario la voluntad política de descentralizar y fortalecer las organizaciones de usuarios.
En definitiva, desde la Comisión Hídrica de Acovi queremos establecer dos cosas claras. La primera, descentralización: no vemos un futuro del agua sin activa participación de los usuarios. La segunda, regular sistemas de distribución: no imaginamos un futuro del agua sin cambiar la forma de administrar la asignación del recurso.
Ofrecemos nuestros esfuerzos con otras entidades y el poder público para lograr ambos objetivos.