“Como estaba pronosticado este año, tanto la primavera como el verano tendrá precipitaciones más frecuentes, algo inusual en estas épocas”, señaló el ing. agr. Francisco Maravilla, del área técnica de Acovi.
“Por ello es necesario aumentar la frecuencia de tratamientos para evitar el desarrollo de enfermedades criptogámicas. Tanto oídio, peronóspera y podredumbre se encuentran presentes todos los años, pero las condiciones meteorológicas existentes en esta temporada favorecen a un mayor desarrollo de las mismas”.
“Por esto, es recomendable hacer aplicaciones preventivas para evitar que las enfermedades se instalen en el cultivo. Sugerimos consultar con el ingeniero agrónomo de cada cooperativa qué producto conviene aplicar, tanto por los costos, como por el poder residual de los mismos (el tiempo que dura la protección contra la enfermedad)”.
“En el caso de no haber podido realizar aplicaciones preventivas a la fecha, es recomendable hacer las mismas a la brevedad y evaluar en el campo el desarrollo de los primeros síntomas, si es que los hubiera. Eso se hace para evaluar si es necesario aplicar un producto curativo que preventivo”.
“Como siempre, es mejor prevenir las enfermedades que curarlas, no solo por los costos que son menores, sino también por la mayor eficacia de los tratamientos preventivos”.
“En cuanto a lobesia botrana, aquellos productores que se encuentran en zonas cuarentenadas, deben realizar las aplicaciones que exige el Senasa para el Programa de Erradicacion de Lobesia”.
“Para medir el impacto ambiental que pueden tener algunos productos, tambien sugerimos consultar con el ingeniero agrónomo sobre qué productos son mas recomendables a nivel ambiental”, concluyó el técnico.