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Agosto 2022

Informe de Costos de Poda y Atadura

Análisis comparativo de sistemas

 

El objetivo del informe es calcular el costo de la labor de poda efectuada en forma tradicional  y con alternativas más tecnificadas (como poda de caja y poda mínima). De esta forma se puede inferir qué sistema conviene desde el punto de vista económico para el productor.

Se pretende contar con un costeo que le permita al productor optar por la forma más eficiente al momento de podar, en búsqueda de una mejor competitividad.

PODA MANUAL

La poda es una de las labores principales del ciclo productivo, ya que en la realización de esta actividad básica se define la estrategia de producción anual. De una buena acción de poda depende el rendimiento y la sanidad de la planta el año siguiente. Una poda equilibrada está marcada por una cantidad apropiada de sarmientos maduros y de vigor normal.

Si bien la poda y el atado son actividades que generalmente se realizan durante los meses de junio y julio, para el presente análisis se valorizan todos los costos al mes de junio. La estimación del costo de estas labores es un dato esencial para inferir el costeo de toda la actividad productiva. Sirve, además, para determinar dónde y cómo economizar y comparar las labores de distintas campañas.

Para la estimación se considera:

  • Pequeño productor propietario de una finca de 10 hectáreas de espaldero y sin contratista.
  • Uva tinta común. 150 quintales por hectárea.
  • Costos laborales con aportes patronales.
  • Costos sin IVA.
  • Costos de los insumos: viñata plástica[1], tijera y tijerón (en este caso se considera el costo de amortización de los mismos asumiendo una vida útil de 3 años) y un adicional por insumos varios.
  • Se contempla el costo de oportunidad del propietario por atender, gestionar y controlar estas

Tabla 1. Costos de poda tradicional 2018, 2019 y variación porcentual.

Costo finca 10 hectáreas 2021 2022 Var% 22/21
Poda $ 228.679 $ 334.993 46%
     Mano de obra $ 208.709 $ 304.089 46%
     Insumos $ 19.969 $ 30.904 55%
Atadura $ 104.867 $ 153.538 46%
     Mano de obra $ 93.883 $ 136.787 46%
     Insumos $ 10.984 $ 16.751 53%
Total $ 333.545 $ 488.530 46%
     Mano de obra $ 302.592 $ 440.875 46%
     Insumos $ 30.953 $ 47.655 54%

Fuente: Elaboración Propia en base a FECOVITA y SOEVA.

En la Tabla 1 se pueden observar las estimaciones de costos de poda tradicional correspondientes a una finca de 10 hectáreas. Se calcula que el costo total de las labores de poda y atado asciende a $488.530, dando un costo por hectárea de $48.853. Suponiendo una estructura de plantación en la cual se disponen 44 hileras por hectárea, el costo por hilera sería de $1.110,30.

Como la mayoría de las actividades que forman parte del proceso de producción del viticultor, esta es una labor mano de obra intensiva. Se observa que si bien se requieren algunos insumos para su ejecución (viñata plástica, tijera y tijerón, etc.) el protagonista resulta ser el obrero de viña, alcanzando la participación de la mano de obra en el costo total por poda el 92%. Resulta oportuno aclarar que en esta estimación no se consideran las labores de pre-poda, sino que se analiza el caso de un laboreo tradicional.

Costo de poda. Participación por actividad. Junio 2022.

Fuente: Elaboración propia.

En comparación con el año 2021, el costo de estas tareas se ha incrementado en un 46%, movido principalmente por la actualización de los insumos que se cotizan a valor dólar y por la actualización de los salarios por convenio para el caso de empleados de viña[2]. Las actividades de poda y atado el año pasado le demandaron al productor recursos por $32.784 por hectárea ($327.843 para una finca de 10 hectáreas).

Al analizar la composición de los costos totales del ciclo productivo vitivinícola –según estimaciones propias del Observatorio de ACOVI– se detecta que estas actividades representan el 13% del costo total (sin amortizaciones y sin impuestos), que según datos actualizados a Julio de 2022, ascendería a $417.260 anuales por hectárea. Es decir, que el costo anual de producción de una finca de 10 hectáreas de uva para vinificar alcanzaría los $4.172.600

Costo de producción anual. Participación por actividad. Julio 2018.

Fuente: Elaboración Propia.

PODA ALTERNATIVA

La búsqueda permanente de modernización en las etapas del ciclo productivo es una necesidad frente al complejo panorama que el productor hoy enfrenta, con costos crecientes y márgenes de rentabilidad acotados. Analizar sistemas alternativos y con mayor grado de tecnificación para incorporar mejoras en el proceso productivo es una forma de mejorar la productividad y el rendimiento, a la vez de disminuir los costos, de forma que la ecuación económica del productor mejore.

Una de las actividades que pueden mejorarse y eficientizarse es la poda, una labor relativamente importante en la estructura de costos del productor vitivinícola como se pudo observar precedentemente. Planificar el sistema de poda marcará el rendimiento y salubridad de la planta en las próximas temporadas.

Dentro de los beneficios de la modernización del viñedo, la alternativa de otros sistemas de poda permite la mecanización de las labores con un menor uso de mano de obra, que repercute en una tarea más eficiente al realizarse en un menor tiempo, a la vez que mejora la productividad de la vid.

Existen dos alternativas a la poda tradicional:

  • Poda mecánica (box prunning), que consiste en recortar la canopia como una caja.
  • Poda mínima (minimal prunning), donde no se interviene o la intervención en la planta es mínima, sólo para despejar el interfilar para el paso de la maquinaria.

En ambas alternativas se incrementa considerablemente la cantidad de yemas, lo que incrementa el número de racimos y la producción entre un 70%-150% (según fuentes internacionales). Se reduce el vigor de las plantas[3]: menor largo de brote, entrenudos cortos, hojas de menor tamaño y detención de crecimiento del brote antes, permitiendo la auto-regulación de la planta. Además en estos sistemas no es necesario el atado de brotes.

Es importante mencionar, sin embargo, que para efectuar estos sistemas alternativos de poda es un requisito contar con la posibilidad de mecanizar también la cosecha; es decir, adecuar y modernizar el viñedo para que las maquinarias puedan trabajar. Para lo cual, también es necesario contar con un sistema de conducción en espaldero, apto para estas labores de poda.

ESQUEMA DE MODERNIZACIÓN DEL VIÑEDO:

Fuente: Servicios Cooperativos Vitivinícolas

Los costos asociados a estas labores vienen dados por el servicio de alquiler de la maquinaria. Hay empresas de servicios que ofrecen la ejecución de las labores, cobrando un canon de alquiler que incluye insumos (combustible) y mano de obra (maquinista). Para la temporada 2022, este servicio se estima en $15.000 + IVA por hectárea. Además se deben contemplar dos jornales/ha para tareas de repaso de poda y labor manual necesaria en aquellos sitios de la planta en donde la maquinaria no logre llegar.

Se ha contemplado, además, un 15% más en fertilización y labores asociadas al riego, ya que estos sistemas suelen demandar una mayor utilización de los mismos.

Teniendo en cuenta estos factores y analizando el caso de un productor de uva común, propietario de 10 hectáreas, el costo de los sistemas de poda alternativos es de $29.379 por hectárea. Este servicio se ha incrementado un 85% respecto del 2021.

Comparación de sistemas.

Fuente: Elaboración propia.

 

Comparado con el método de poda tradicional, estos métodos de poda reducen los costos en un 39%. Se aprecia un ahorro importante de $18.648 por hectárea utilizando el método de poda mecánica.

La cantidad de jornales se reduce notoriamente. Es oportuno aclarar que se contemplan los costos laborales con aportes y el costo de oportunidad del propietario por atender, gestionar y controlar estas tareas, al igual que en el cálculo de poda tradicional.

Teniendo en cuenta el tamaño de finca considerado -10 hectáreas-, el costo total por labores de poda alternativos ascendería a $293.786.

De esta forma, el uso de los sistemas alternativos de poda reduciría un 4,5% los costos de producción, que a Julio alcanzaron $4.172604,67 incluyendo el laboreo de poda tradicional.[4]

Si bien se aprecia una sustancial reducción en los costos de poda utilizando sistemas alternativos, como mencionamos anteriormente, se requiere adaptar el viñedo y ejecutar un proceso de implantación y modernización del mismo en caso de ser necesario.

Se estima que este proceso de adecuación y modernización del viñedo rondaría en promedio los $900.000 por hectárea. Con un cálculo simple, se infiere que para una finca de 10 hectáreas, los recursos que se ahorran en un ciclo por podar con métodos alternativos, pueden ser utilizados para pagar el 22% del monto de inversión necesario para reconvertir una hectárea.

Algunos factores a tener en cuenta además para el uso de sistemas alternativos de poda son[5]:

  • Distancia entre hileras (mínimo 2.5 m para que la maquinaria pueda ingresar).
  • Variedades (se adaptan mejor Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah y no se recomienda para Merlot y Sauvignon Blanc).
  • Estos sistemas requieren mayor requerimiento hídrico.
  • Las podas alternativas se presentan como una herramienta ante el cambio climático: maduración tardía, menor tenor azucarino y mayor acidez.
  • Si bien estos sistemas resultan desprolijos a la vista, son una alternativa que reducen los jornales necesarios, por lo cual reduce costos.
  • Para poder acceder a esta tecnología necesaria para la poda alternativa, se debe pensar en una inversión inicial cercana a $5.306.000 (Sin IVA) adquiriendo maquinaria importada.[6] A esta inversión inicial hay que agregarle el costo del gasoil utilizado en la labor más el maquinista, conceptos que rondan los $2.330 por hora. Es decir que para una finca como la analizada, de 10 hectáreas, el consumo de combustible y el salario del maquinista para las labores de poda sumarían $ 18.663.[7] Además se debe tener en cuenta el mantenimiento de la máquina – que ronda los $ 126.000 anuales y la amortización de la misma.

Dado el elevado costo de adquisición de la maquinaria necesaria, el asociativismo y la contratación de empresas de servicio resultan alternativas que permiten al pequeño productor acceder al uso de esta tecnología, reduciendo los costos en una actividad tan importante como la poda y frente a un escenario de importantes incrementos en insumos y caída del precio del vino.

Relevamiento en consultas por zonas

De las consultas efectuadas en el sur de la provincia se destaca un inicio temprano de la poda debido a las heladas tempranas. Alvear tuvo la primera helada el 30 de marzo. Las tareas de poda se iniciaron primeros días de mayo, cuando habitualmente se iniciaban a fines de mayo. Esto permitió aprovechar precios bajos de la poda que rondaban los $500 por hilera y $250 la atada. A fines de mayo aumentó a $700 la poda y $300 la atada. A inicios de agosto se había realizado el 85% de la poda en el sur y no se verificaron mayores dificultades para conseguir podadores.

En la zona norte la realidad fue diferente, el aumento fue variable respecto a la poda del año anterior. Hubo aumentos que rondaron entre el 30% y el 70%, la zona norte tuvo heladas tardías y no pudieron iniciar la poda. En inicios de agosto se encuentran podando y con problemas de mano de obra.

Conclusiones

En 2022, el costo de las labores de poda y atada tradicional se estima en $ 48.853, incrementándose un 46% respecto a la temporada anterior. Se destaca la elevada participación de la mano de obra en el costo, representando el 92% del valor.

Dentro de la estructura de costos de un productor primario de uva tinta común, se calcula que esta actividad representa el 13% de los costos totales (sin considerar amortizaciones).

Una alternativa para llevar a cabo esta actividad es contratar un servicio de poda mecanizada. Para la temporada 2022, se estima un costo de $ 15.000 por hectárea, reduciendo los costos un 39% respecto al sistema. Este ahorro representa una disminución de 4,5% en los costos totales anuales.

Ante la situación actual de grandes desafíos en materia de competitividad en los mercados mundiales y, con un mercado interno que presenta un poder de compra reducido, el acceder a financiamiento barato para el cambio tecnológico mejora la competitividad productiva. En este sentido, el asociativismo se presenta como una alternativa, permitiendo la adquisición de los equipos a través del esfuerzo conjunto de los asociados. Para esto, es necesario contar con fuentes de financiamiento a tasas y plazos acordes a la actividad, logrando así un incremento de la competitividad y promoviendo el desarrollo sostenible del sector.

[1] La cantidad requerida por hectárea varía dependiendo de la cantidad de cargadores y de la longitud de cinta que se utilice en cada atadura. En este estudio se ha considerado 5 rollos por hectárea.

[2] En base a escala salarial publicada por SOEVA.

[3] Si bien la vida útil de la planta puede verse afectada debido al esfuerzo que soporta por el incremento en la cantidad de yemas, existe evidencia de viñedos trabajados bajo este sistema desde hace más de 10 años que no muestran bajas en la producción.

[4] Costo total de producción anual por la explotación de una finca de 10 hectáreas, sin amortizaciones ni impuestos.

[5] Se agradecen los aportes del equipo de técnicos de servicios cooperativos de Fecovita.

[6] Se ha calculado en función de cotizaciones de podadora importada con los gastos de nacionalización.

[7] Se ha supuesto para estos cálculos que en una jornada la podadora puede pasar por 4 hectáreas, con lo cual en 2,5 jornadas aproximadamente se logra podar las 10 hectáreas. Los costos incluyen aportes del operario especializado con una antigüedad de más de 3 años. No incluyen IVA.

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