La cepa insignia de la Argentina, el Malbec, celebra su día mundial el viernes 17 de abril con distintos festejos en 64 ciudades de 50 países del mundo.
La variedad emblemática de la vitivinicultura argentina redefine su perfil y nuevos estilos llegan al mercado:
Nuestro varietal insignia comienza a demostrar que se le debe prestar más atención que nunca. Aquella definición de paladar voluminoso y fluir dulzón con aromas de frutos rojos dominantes con ciruelas y moras hoy es solo una de las tantas caras que el Malbec nos ofrece.
Gracias al tiempo, el estudio y la experiencia en gran tinto argentino hoy demuestra que no solo es un vino amigable y fácil de beber sino que también puede estar a la altura de los vinos más sofisticados del planeta. Nuevos estilos, orígenes extremos y enólogos curiosos son el combo detrás de estos nuevos tintos que comenzaron una nueva revolución en las góndolas del mundo.
EL NUEVO MALBEC.
Con dos décadas más de experiencia en la cepa los enólogos locales se alejan de los vinos concentrados y de estructura masticable y logran tinto frescos de marcada expresión frutal y más fáciles de beber. Las claves del cambio sin dudas son una mejor comprensión de terroir y una enología menos invasiva.
Descifrar la composición de los suelos y cómo influyen estos en cada planta permitió mejorar el trabajo en los viñedos. Así, los agrónomos y enólogos optimizan año tras año las podas, el riego y los tiempos de cosecha. Gracias a esto, y tras identificar las características de cada sector del viñedo, la expresión varietal es cada vez más nítida en la copa.
AL MALBEC LE GUSTA EL FRÍO.
Argén tina se inscribe entre los países de clima cálido a la hora de hablar de vitivinicultura. A diferencia de la mayoría de los países productores de vino, el nuestro tiene un promedio alto de temperaturas en sus regiones vitícolas. Recordemos que casi la totalidad de nuestrosviñedos se encuentran emplazados en zonas áridas y desérticas donde el cultivo solo es posible gracias a la irrigación y el riego artificial. Estas zonas siempre demostraron aptitud para la actividad ya que resuelto el tema del riego, su clima asegura la sanidad necesaria en el viñedo y una buena exposición solar que facilita la madurez de los frutos.
Ante esto, la altura siempre jugó un rol clave para asegurar equilibrio en los vinos ya que a medida que se asciende en la montaña la temperatura disminuye. Según estudios, cada cien metros la temperatura desciende aproximadamente un grado centígrado y a mayor altura la amplitud térmica, diferencia entre la temperatura del día y la de la noche, es más marcada. Todo esto despertó en los enólogos la curiosidad por buscar regiones que permitan elaborar tintos algo más dóciles y amigables y así se inicio el ascenso en busca de terruños más fresco en la montaña. Entre estos casos existe son relevantes, Valle de Uco en Mendozay Pedernal en San Juan. Con viñedos de Malbec ubicados sobre los1100 metros en el caso mendocino y 1400 en la provincia vecina, se comprobó que la variedad que había demostrado grandes resultados en las regiones más tradicionales bien podía alcanzar un nuevo estilo en estos parajes más frescos. Si bien a simple vista las diferencias no parecen tan dramáticas lo cierto es que hay que probar para creer y así notar el poder de la altura en los nuevos Malbec argentinos.
MALBEC, ¿DE DÓNDE?
Si comenzamos a unir los puntos anteriores veremos que hablar de Malbec puede ser más sofisticado de lo que pensamos. Sucede que el efecto del terruño es cada día más evidente y por esto mismo es importante tener en consideración de dónde es el vino que vamos a beber. Un logro que hace unos años parecía lejano.
Así como en Europa cada región vitivinícola produce vinos que la definen y hacen única, comenzamos a notar con el Malbec que cada zona le da un carácter diferencial. Esto explica por qué sus etiquetas dan cada vez más espacio alorigen y al viñedo como antes lo hacían solo a la crianza en barricay si esta era francesa o americana.
Hasta hace un tiempo pensar en Mendoza alcanzaba, luego descubrimos que si el Malbec era de Lujan de Cuyo ya no había mucho en que preocuparse, sin embargo esto ya no es así. El Malbec lentamente trazó su propio mapa que, por ejemplo, ubica a los más tradicionales en la primera zona de Mendoza, Lujan de Cuyo y Maipú, como Luna 2013 deFinca La Anita de perfil clásico y sobrio. A los novedosos en el Valle de Uco, aunque esto incluso parece poca información ya que el Valle de Uco se divide en tres regiones, Tupungato, San Carlos y Tunuyán, que dan resultados diferentes de acuerdo a la microrre-gión que se trate. Los habrá frutales, herbales, florales y hasta minerales de acuerdo a la ubicación del viñedo.
Sin embargo no todo parece estar dicho. Nuevos orígenes se suman y los enólogos delinean a diario nuevos perfiles del Malbec que aportan colores a la paleta de un varietal que sin dudas nos depara muchas sorpresas más.