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Compartimos el agudo análisis de la periodista Soledad Gonzalez sobre el fin de cosecha y la crisis de la vitivinicultura.

Por Soledad González – ggonzalez@losandes.com.ar

Con los tachos vacíos y casi llegando al final de la vendimia, el asado de fin de cosecha, que durante muchas décadas se realizaba en las fincas para celebrar el fin del ciclo agrícola, es una tradición que a fuerza de malos años y baja rentabilidad para la vitivinicultura, parece estar perdiendo el lugar protagónico de antaño.

Esta vendimia ha sido dura:  precios deprimidos por el sobrestock de vinos, productores que por problemas financieros dejaron su uva en el viñedo, enfermedades criptogámicas y en general, un volumen cosechado sensiblemente menor.  Si bien habrá que esperar los números finales, ya se dio a conocer desde el INV que llegarían a los 23 millones de quintales, convirtiéndose ésta en la tercera cosecha más baja de la última década.

Para los que cosecharon y quizás pensaron en realizar un asado para agasajar a los labriegos, la tarea no será sencilla, es que la uva como moneda de cambio también ha sufrido un revés, traccionada por la inflación y los bajos valores. Este año, sin tener en cuenta el subsidio del gobierno, las bodegas pagaron el kilo de uva mezcla 85 centavos, precio similar al registrado en 2011.

Con esos números se sabe que no se cubrirán los costos para mantener el viñedo activo durante 2015, lo que terminará dejando a varios productores en el camino.

Así las cosas, quienes todavía se animen al festejo tendrán que desembolsar mucho más de lo previsto. Según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, en 2011 el precio promedio del corte “vacío” al consumidor fue de $ 33,73, en tanto, el valor pagado al productor por un quintal de uva, de acuerdo a los datos del Observatorio Vitivinícola Argentino, fue de $ 82 el quintal.

Por lo tanto, con cien kilos de uva, un productor podía comprar 2,4 kilos de carne. Si tenemos en cuenta que para un asado promedio con ensaladas y pan, se calcula medio kilo de carne por persona, en aquel momento, ese productor en cuestión, con un quintal cubría la carne para cinco personas.

Sacando la misma cuenta pero para 2014, el quintal se pagó en promedio $ 167, mientras que el kilo de vacío se ubicaba en $ 70,13, por lo tanto compró 2,3 kilos de carne. En 2015, el valor del quintal mezcla fue de $ 85 y el kilo de vacío a $ 82,16, como consecuencia, sólo se podrá comprar un kilo de carne, lo que le permitirá cubrir el cubierto para dos personas.

Con este escenario, otra tradición vitivinícola más está en vías de extinción y probablemente ya no se pueda volver a recuperar.

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