El documento reclama una “revolución valiente” para salvar el planeta, amenazado por el consumismo, y acusa al sistema económico y financiero de ahogar a los pobres.
“Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales”.
“La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de producción y de consumo”, escribió el papa.
El papa argentino condena con palabras firmes el consumismo y el capitalismo salvaje y los señala como responsables de la degradación de la “madre y hermana Tierra”, como la llama.
“La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, lamenta el pontífice.
Escuchemos el “gemido de la hermana Tierra”, acosada por un brutal cambio climático y la “cultura del descarte”, pide.
La encíclica, titulada Laudato Si (Alabado Sea) y calificada por algunos de “histórica”, por ser la primera vez que un Papa dedica un documento de este tipo a la protección medioambiental, consta de 190 páginas, cubriendo amplios temas.
Resumen de algunos de los puntos más destacados.
- El calentamiento global es real.En ese sentido el papa escribe que “hay un consenso científico sólido” que se trata de un fenómeno innegable.
- Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales.También advirtió sobre el peligro del aumento en los niveles de los mares que podrían terminar inundando algunas de las ciudades más populosas del mundo.
- Es principalmente el resultado de la actividad humana.Francisco reconoció que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los estudios científicos indican que su “principal” causa somos los humanos.Sostuvo que el “consumismo inmoral” ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente.”La tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora”, advirtió.
- Los países ricos tienen una “deuda ecológica” con los países pobres.Aseguró que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como “estructuralmente perversa”.Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente.
Llamó esa filosofía “un concepto mágico del mercado”.
- Creación de instituciones internacionales fuertesSe necesitan regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global, pero es esencial instituciones eficientes y organizadas con la potestad de sancionar a quienes incumplan las normas.
“Es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales”, dijo.
Pero indicó que las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Pidió un cambio de perspectiva ética global para cuidad de la naturaleza y hacer que los pueblos sean prioridad.
- Presión a los líderes políticos y sacrificio individualEl papa identificó que “muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático”.
Hizo un llamado para que individuos formen redes sociales para presionar a los líderes políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados debido al cambio climático.También instó a todos a hacer pequeños cambios en sus hábitos diarios, incluyendo el “uso de transporte público, compartir viajes en auto, plantar árboles y apagar luces innecesarias”.