Por Diario UNO. 23 de mayo de 2016.
Durante esta última temporada, un productor de ciruela de Mendoza recibió tan sólo el 5% del valor final que pagó el consumidor en la góndola por esa misma ciruela desecada. Por ejemplo, el kilo se pagó $1,50 al productor y luego se vendió a $135.
Los intermediarios en la cadena de comercialización se quedaron con la diferencia. Esta es una proporción claramente distorsiva que perjudica a los dos eslabones más débiles de la cadena: al que trabaja la tierra y al que tiene que abastecer la canasta familiar.
Esta desigualdad se da en prácticamente toda la cadena productiva, no sólo en la provincia, sino también a nivel nacional.
La Fundación Ideal elaboró un trabajo en el que compara los 9 productos más representativos de la economía local y advierte de que la brecha entre lo que se le paga al productor y lo que abona el consumidor es en promedio de 8,5 veces más.
Este año esta brecha alcanzó un nivel récord porque el productor ha tenido la menor participación de los últimos 20 años en la cadena de valor.
Los casos más escandalosos, que están por encima del promedio, son la ciruela desecada, el ajo y la manzana. En el caso de la ciruela la diferencia es de 21 veces; en del ajo, de 12,8 veces: el productor recibió $17,90 por kilo y en la verdulería en promedio el kilo está a $228, y en el caso de la manzana, la diferencia es de 8,9 veces. En esta última cosecha al productor se le pagó $3 el kilo y en la verdulería sale en promedio $26.
Estos ejemplos demuestran que en la mayoría de los casos los intermediarios en la cadena se quedan con entre 60% y el 80% del valor total del producto.
Las razones
Pablo Salvador, economista y jefe de la fundación que hizo el estudio, explicó las razones por las cuales se producen distorsiones de precios tan abruptas entre los extremos de la cadena. “Si hay que resumir una razón que fomente esta distorsión de precios es la inflación porque alienta los precios hacia arriba en forma constante”, consideró.
“Si hubiera estabilidad de precios, no habría especulación y no se producirían los aumentos por las dudas que se producen con este contexto”, añadió.
En los productos agroindustriales y en algunos productos para consumo en fresco, la diferencia calculada es un mínimo, es decir, esta puede aumentar durante el año porque la cosecha de la materia prima ya se realizó (o está por finalizar), pero los productos finales estarán disponibles durante todo el año y sufrirán incrementos de precios debido al proceso inflacionario que atraviesan la economía nacional y provincial.
Cómo se achica
“La mejor opción sería moderar la inflación porque esta variable ordena todo el mercado. Pero habría también que apoyar a los productores con medidas alternativas, como por ejemplo, compensar los costos de transporte que hoy resultan muy caros, reducir las cargas impositivas es otra de las chances que permitiría ayudar a los eslabones más débiles de la cadena”, deslizó el economista.
“La idea de imponer precios máximos en cada uno de los eslabones de la cadena termina siendo perjudicial, al igual que intervenir directamente sobre los precios termina siendo un perjuicio”, apuntó.
“De todas maneras, no hay una brecha ideal de precio”, sostiene.
Depende de cada sector. Se observa que la diferencia mayor se da en los productos frescos, que por ser perecederos están sometidos a la ley de la oferta y la demanda. En cambio, los productos que se pueden acopiar como la fruta enlatada o el vino, no tienen variaciones de precio tan abruptas porque se pueden guardar y así equilibrar la oferta en el año.
Se manejan parámetros más bajos en el campo a nivel nacional
La diferencia entre lo que paga el consumidor por los productos agrícolas y lo que recibe el productor en el campo, se multiplicó por 5,6 veces en marzo a nivel nacional, según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el Área de Economías Regionales de CAME para una canasta de 20 alimentos agrícolas.
En marzo los productos con brecha más grande fueron el arroz, donde la diferencia entre el precio de origen y destino fue de 11,26 veces o 1026 % ; la naranja, con una brecha de 10,33 veces (933 %); la manzana roja, con una diferencia de 9,74 veces (874 %); la acelga, con una brecha de 8,86 veces (786 %)y la pera 8,42 veces (741 %).
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