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El cooperativismo mundial se dio cita en Buenos Aires el martes 10 para compartir experiencias y dialogar sobre este movimiento económico. Además, CONINAGRO presentó un proyecto de ley de Economías Regionales que recibió muchos apoyos y que ingresará al Poder Legislativo para su tratamiento. Compartimos el discurso de Carlos Iannizzotto, presidente de CONINAGRO y directivo de ACOVI, con más detalles.

Apertura del I Congreso Internacional de Cooperativismo Agroindustrial

Dr. Carlos Iannizzotto

Bienvenidos al Primer Congreso Internacional de Cooperativismo Agroindustrial.  Este ámbito nos reúne a quiénes desde la producción agropecuaria, creemos en el movimiento cooperativo, como símbolo de un asociativismo que suma solidaridad y una mirada humana sobre temáticas que, muchas veces, hablan solo de la renta.

Bienvenidos a esta reunión de carácter internacional donde vamos a compartir experiencias colaborativas exitosas y los desafíos de un mundo que necesita más cooperativismo.

CONINAGRO, es la entidad que la semana próxima cumplirá 62 años de existencia, representa a 800 cooperativas vinculadas con el campo, a través de 15 federaciones, junto a las cuales representamos a 120 mil productores asociados, generando 360 puestos de trabajo.

CONINAGRO es el fiel reflejo de la Argentina profunda, silenciosa y solidaria que crea trabajo y genera crecimiento.

Porque amigos, definitivamente hay una Argentina que camina y produce, una Argentina que trabaja y espera, una Argentina que busca desplegar y liberar su enorme potencialidad, pero que hoy debe enfrentar el desafío ineludible de reorientar aspectos económicos que basados solo en miradas monetaristas ahogan el esfuerzo de nuestra gente.

Por ello, queremos ofrecer tender un puente para pasar de un modelo financista a una modelo productivista, de agregado de valor que fortalezca el mercado interno y que sea competitivo a la hora de ofrecer nuestros alimentos al mundo.

Obligación moral de un país rico como la Argentina: NO hay lugar para la falta de trabajo en la Argentina y mucho menos para la desnutrición infantil, ni el hambre en nuestro país. No amigos, no podemos bajar los brazos.

Nuestra organización siempre estará del lado que enaltezca la dignidad de la persona sin distinciones, por ello, para nosotros: tolerancia cero al desempleo y la falta de alimentos en el país.

Estamos dispuestos a colaborar en producir para el mundo, ante la posibilidad de alimentar a 400 millones de personas que se ilusionan con nuestro potencial, entonces seamos solidarios y trabajemos. Amigos intentemos no ser hombres de éxitos sino de valor para colaborar en el potencial alimentario de nuestra Patria.

En definitiva, en nuestras manos está, como verdaderos orfebres de la realidad, delinear un futuro que nos integre, nos potencie y realice como personas humanas.

Y si hablamos de futuro, no lo alcanzaremos solo pensando en una Argentina agroexportadora, que siempre es la tentación facilista ante la riqueza de nuestro suelo y el esforzado trabajo de nuestros productores.

Se impone, pensar y planificar una Argentina agroindustrial basada en las Economías Regionales, animada por la Economía Social y forjada en el temple de los hombres y mujeres de esta amada tierra para constituir el camino al desarrollo sustentable.

La ruralidad tiene que mutar de la postergación a la promoción, de la inviabilidad al impulso, del retraso a la rentabilidad, de la subsistencia a la sostenibilidad, de la complacencia a la competitividad. Dejar de ser el patio trasero para pasar a ser la Patria Grande.

Una cosecha récord puede salvarnos un año, pero también puede ser la trampa mortal de creer que los problemas se resuelven mágicamente.

Por eso, hoy queríamos presentarles ideas concretas que quizás puedan constituir un proyecto de ley, un proyecto de ley que tiene como fin promover el desarrollo de la agroindustria de los diferentes sectores productivos argentinos para que le den previsibilidad, financiamiento y podamos comenzar a solucionar el déficit habitacional de la ruralidad, la infraestructura hídrica, vial y energética.

Para nosotros decir Economías Regionales es decir campo argentino, es integrar toda la Argentina, es complementar la zona núcleo con el resto de la ruralidad Argentina, es pensar una Nación.

En el año 2017 las diversas Economías Regionales mostraron un aporte casi del 10% al PBI, generaron exportaciones por un valor de 36.600 millones de dólares, pagaron al fisco 243.000 millones de pesos y se prevé para el 2019 que ese monto será más del doble y generan, entre empleo directo e indirecto, aproximadamente 2,6 millones de puestos de trabajo.

La cadena agroalimentaria fue la única con balanza comercial positiva en el país, aportando el 63% de las exportaciones totales de la Argentina.

Si bien estos números son alentadores, hay un problema, las economías regionales no las están pasando bien, 12 de 18 están en una situación de crisis y necesitamos más divisas, pero también más mercado interno.

Ahora bien, para darle identidad a la agroindustria y promover políticas públicas de precisión para cada núcleo regional creemos en la creación de las ERPyMEs, que son las PyMEs de vinculadas a las Economías Regionales

Es imperativo la inversión productiva para sostener el consumo interno y acceder a mercados internacionales.

Y la inversión productiva es financiamiento.

Es por ello, que la creación de las Cooperativas de Crédito, juntos a otros modelos asociativos productivos rurales, complementadas con Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR), nos parece una muy buena medida. Convertir productores en sujeto de crédito es nuestra meta.

Las Cooperativas de Crédito podrían captar capitales de las propias Economías Regionales y destinarlas a crédito productivo en un monto cercano a los 1.000 millones de dólares, casi el 10% de la facturación del complejo agroindustrial que representa CONINAGRO.

La innovación tecnológica es la puerta al futuro, por lo cual también debemos ser creativos en la forma de financiarla.  

A su vez, dada lo volátil que es la economía argentina, es necesario generar un fondo anticíclico para poder hacer frente a contingencias climáticas, de compensación logística, fitosanitarias y/o financieras. Es por ello, que proponemos la creación del Fondo Anticíclico de las Economías Regionales (FONDAER).

Modificando la actual Tasa de Estadística podríamos crear un Fondo de Economías Regionales de casi 1.000 millones de pesos y al mismo tiempo dotar al INTA por más de 400 millones para Programas de Valor Agregado y a Cancillería con 500 millones de pesos más para promoción de exportaciones.

Asimismo, el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), debe destinar sus recursos a proyectos que generen valor agregado o contribuyan al fortalecimiento de las cadenas de valor de las economías regionales, tal cual lo indica la normativa que lo crea.

Con los actuales fondos capitalizados por el BICE, podrían articular con el Banco Nación un Plan de Accesos a Mercados para regiones fuera de la zona núcleo, y así financiar actividades exportadoras, pre y post créditos de exportaciones y seguros de exportación.

Por otro lado, consideramos fundamental que las distintas actividades agropecuarias estén aseguradas frente a las distintas contingencias que se puedan llegar a dar. Es por ello que proponemos el desarrollo de seguros multirriesgo que permitan asegurar las actividades frente a situaciones como sequía, inundación, exceso de lluvias, granizo, heladas, viento, incendio, altas temperaturas.

Contar con un Plan de Cobertura de Seguros de Riesgos Climáticos puede hacerle ahorrar a la Argentina casi dos puntos del PBI en pérdidas, como ocurrió este año.

Creemos necesaria la creación de un Programa Habitacional Rural que permita construir 100.000 viviendas más, en un marco de 3,8 millones de hogares están alcanzados por el déficit habitacional. Esto permitirá beneficiar al arraigo y a su vez aumentar el empleo en los distintos núcleos regionales.

Hay que animarse a desarrollar un Pro.Cre.Ar Rural que sería una medida revolucionaria para las Economías Regionales.

Sin desarrollo local ni arraigo familiar, no agrandamos el oasis de la Argentina. El Hábitat es el sello fundante de la gente en el campo. Y en ella la mujer campesina, madre, trabajadora y educadora necesita su lugar para su trabajo irremplazable. Rol protagónico para el desarrollo del país.

Proyectamos sumar USD 12.000 millones en concepto de exportaciones más de base, en un lapso de 5 años.

Para ello, se impone en el corto plazo diseñar un Plan Nacional de Conectividad Regional física y no física, lo que permitirá desarrollar el canal exportador para las distintas regiones del país.

Porque es imposible integrar un país sin conectividad.

Y sin conectividad no física es imposible impulsar la innovación tecnológica, que es uno de los mayores retos, porque nos obliga a repensarnos, a estar más atentos al mundo que nos rodea, a escuchar más y de ahí rescatar conocimientos.

De llevarse a cabo todas las medidas propuestas, podrían adicionarse la creación de 20.000 puestos de trabajos directos e indirectos en promedio por año, durante 5 años.

Mientras construimos ruralidad, generamos nuevos espacios en nuestra entidad de gestión gremial. Los jóvenes son nuestro gran desafío. Por eso los ayudamos a capacitarse, generando valores que ayudan a hacer más sólido el arraigo y los vínculos con las familias.

Porque seguimos creyendo en los jóvenes.

Creemos en los cambios, pero en los cambios con reciprocidad, donde nadie salga en peores condiciones en las cuales entro.

Sostenemos la previsibilidad y seguridad jurídica para atraer inversores extranjeros, pero sería un buen comienzo que primero la alcanzáramos nosotros.

Nuestra gran preocupación es el déficit en el Estado. Pero el déficit de políticas públicas orientadas a fortalecer el mercado interno y facilitar las exportaciones. El déficit que hay en materia de diálogo y encuentro. El déficit que existe en poder inspirar a los jóvenes al arraigo y la ruralidad. El déficit de creer que la macroeconomía por sí sola resuelve los problemas de la economía real. 

Creemos en un sistema financiero exitoso como motor de la inversión productiva y no como causa del empobrecimiento de la comunidad.

Creemos en Argentina.

El Cooperativismo es la herramienta que convierte el esfuerzo compartido en esfuerzo inteligente. Y es la gran posibilidad de acceso a los mercados de los pequeños productores.

No venimos de la renta financiera, no alcanza solo con un dólar competitivo, tampoco creemos ni adherimos a la demagogia ni al intervencionismo que todo lo puede y después no puede nada.  

Apenas somos una esperanza en marcha de un modelo de país a construir, ¿seremos capaces? Esa es la invitación para hacerlo juntos.

Decía Nelson Mandela: “Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él”. CORAJE AMIGOS COOPERATIVISTAS, EL CAMPO ESTA FÉRTIL PARA QUE CREZCA CON FUERZA NUESTRO MOVIMIENTO.

Les agradecemos su presencia en este Congreso Internacional de Cooperativismo Agroindustrial

Muchas gracias.

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