La vitivinicultura se hizo presente en el Congreso Internacional de Cooperativismo Agropecuario en la voz de Eduardo Sancho, presidente de ACOVI y de FECOVITA. Después de describir los números de la federación, expuso frente a casi 300 personas su visión sobre el cooperativismo.
Por Eduardo Sancho, presidente de ACOVI y de FECOVITA
Sabemos todos que una cadena es tan fuerte como el eslabón más débil. En esta cadena, ¿cuál es el eslabón más débil? Los productores.
Y esto es un fenómeno que en las cooperativas no tendría que suceder. Cuando uno va a las reuniones de cooperativas, que lo hacemos permanentemente, los productores escuchan lo que está haciendo FECOVITA y seguro que al final se levanta un productor y me dice “Está todo bien pero nosotros no crecemos como crece la cooperativa, ¿por qué crecen más que el productor?” Es una pregunta difícil de contestar porque nosotros repartimos los recursos: FECOVITA paga el vino un 12,5% promedio arriba de toda la competencia.
Aparte, tenemos asistencia técnica dando tecnologías a productores que hace 20-30 años no se modernizaban. También damos créditos a tasa cero, algo impensable en Argentina. Nosotros compramos los insumos en conjunto y lo que compramos se le financia en 12 cuotas sin interés. También cosecha mecánica asistida, fondo solidario para daños, asesoramiento para inversiones dentro del viñedo con nuestros ingenieros y asesores… Unidad de servicios, precio especial de seguro, ahora hemos creado una mutual a través de Sancor Seguros. Pero a pesar de eso, no alcanza.
Y el productor está mejor si lo comparo con otro que no está en la cooperativa. Pero a pesar de todo eso, nos siguen planteando por qué la cooperativa crece y ellos no tanto… yo como productor me doy cuenta de eso. ¿Qué es lo que pasa? Por una simple razón, por el financiamiento. Nosotros como cooperativa tenemos financiamiento, con eso somos más eficientes. Ahora, el productor es lo que le falta, no tiene.
Si no le damos financiamiento es muy difícil que en un momento donde hay mucha tecnología, donde el campo está cambiando muchísimo, pueda salir del retraso que va teniendo. En 2015 nos convencimos de que teníamos que tener financiamiento. Hablamos con el gobierno provincial, logramos tasas muy convenientes y FECOVITA, de unos inmuebles que había vendido, lo volcó al productor. Nuestros productores en este momento tienen financiamiento a diez años en valor vino. En esto ya se ha invertido 93 millones de pesos, más de la mitad aportados por Fecovita. EL primer pedazo le llegó más a las cooperativas que al productor.
Ahora, estamos trabajando en una segunda línea. Ese dinero irá fundamentalmente a inversiones de infraestructura, no capital de trabajo porque es a diez años, si es maquinaria a cinco años, ahora si es cambio de infraestructura, de viñedos, de variedad, mejora estructural, mecanización, ahí estamos en los diez años. Si el productor no tiene ese financiamiento a largo plazo no puede hacer la transformación, se va quedando y cada vez es menos competitivo.
Como decía, estamos ahora en una segunda línea. Hablamos con el Banco Nación y nos ofreció financiamiento a diez años pero en dólares. ¿Cómo nosotros le decimos al productor endeudate en dólares? Lo analizamos en el consejo y en definitiva FECOVITA exporta, y esa exportación es de los productores porque es el vino ¿Por qué no transferimos ese seguro de cambio al productor? Entonces el banco presta, FECOVITA da garantía a diez años y nosotros lo prestamos al productor en valor vino. El productor se olvida del tipo de cambio y si debe 100 litros de vino, debe pagar en diez años 10 litros por año.
Es muy importante plantearse estos sistemas de financiamiento. Esto nos permite que el productor empiece a invertir y a ser competitivo y empiece acompañar el crecimiento del sistema. Que crezca junto con FECOVITA y que crezca junto con las cooperativas porque tenemos que recordar siempre que la base de nuestro sistema y el objetivo de nuestro sistema es la defensa del productor.