Los incrementos que sufrimos como consumidores y que también los sufren las pymes y sectores relacionados con la importación y exportación, se extienden a otras industrias, como la vitivinícola, una de las más importantes para nuestra provincia. Desde ACOVI se presentó un informe realizado por su Observatorio que muestra la situación preocupante del sector y a partir de allí plantea propuestas para mejorarla.
Al respecto, Carlos Iannizzotto, presidente de CONINAGRO y directivo de ACOVI, dialogó con diversos medios, entre ellos Canal 9 de Mendoza.
-¿Qué es lo que más le preocupa en la actualidad?
-Fundamentalmente el precio del productor, donde podemos apreciar que ha habido incrementos muy considerables en combustibles, tarifas eléctricas, agroquímicos que han aumentado más que el dólar y la inflación, mientras que el precio al productor en su poder adquisitivo está prácticamente en los mismos valores que en septiembre del año pasado, es decir, ha caído entre 39 y 40%.
“Mientras todo ha aumentado de una forma tan considerable, el bolsillo del productor está entre un 35 a 40% más flaco, una situación muy delicada sumado a que si bien hay un dólar muy interesante para exportar, la constitución de todos los elementos del precio para llegar a exportar hace que esta viabilidad del dólar se achique por la gran cantidad de costos. Si bien hubo un importante aumento de exportación, ha sido a granel y en ese sentido no hay un impacto en la rentabilidad, aunque sí en cuanto a sacar volúmenes. Lo importante sería sacar vino fraccionado donde hay mano de obra y empleo. En ese sentido, todavía no ha habido un gran impacto, a pesar de la señal de un dólar competitivo.
“Frente a un mercado interno tan recesivo y una cosecha que tiene un sobre stock de cerca de 7-8 meses, estamos ante una situación muy preocupante porque el precio del productor está por el piso prácticamente”.
-En este escenario, ¿el consumidor interno consume menos?
-Claro, hay un contexto complejo y difícil que está vinculado a un mercado recesivo por las altas tasas de interés, por la presión tributaria. En el campo en general, de 100 pesos que recibe el productor 60 pesos se lo lleva el Estado para mantenimiento de su estructura. Es decir, en el tema del déficit del Estado aquí nada ha cambiado y sigue siendo el sector privado el que está soportando toda esta súper estructura.
“Todo esto lleva a un marco recesivo donde en la mayoría de las economías regionales como la industria vitivinícola, lechera, etc, el 80% es mercado interno. Entonces, esto hace que los costos incidan considerablemente y frente a aumentos tan magros en los sueldos, se ha producido esta situación recesiva que impactó más en el rubro de alimentos y bebidas porque se ha dejado de consumir.
-¿Cuánto ha bajado el consumo interno de vino?
-Ahora estamos cerca de 20 litros por habitante cuando hace dos años estábamos en 23 y se había logrado a través de un trabajo conjunto con la COVIAR, mantener el consumo. Pero se ha desplomado en estos dos últimos años y esta es otra de las circunstancias que nos ponen en alerta.
“De todas maneras, hay aspectos positivos y si reaccionamos rápidamente podemos salir de un estado de gravedad. Hay un dólar auspicioso y tenemos que lograr exportar vinos fraccionados porque ahí hay mano de obra. Eso es fundamental para que no corramos el peligro, que ya está sucediendo, que haya más despidos y cierre de pymes”.