Como es de costumbre, el Cooperativismo Vitivinícola asisitó al principal evento político de la vitivinicultura en el marco de Vendimia en el hotel Park Hyatt Mendoza. Los discursos variaron entre lecturas de la realidad del sector y la enumeración de medidas tomadas, además de un reclamo por políticas a largo plazo.
Un momento especial fue el reconocimiento a Hilda Wilhelm de Vaieretti, presidente de la Coop. Norte Mendocino y actual vicepresidente de COVIAR, por su histórica labor en el mundo vitivinícola. El obsequio se lo entregó nada menos que Javier González Fraga, presidente del Banco de la Nación Argentina. Del cooperativismo también participaron Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro y directivo de ACOVI, Eduardo Sancho, presidente de ACOVI, Nicolás Vicchi, subgerente de ACOVI, productores asociados y miembros de la Juventud de Cooperativas Vitivinícolas (JUCOVI).
“Este último año hemos avanzado en temas estructurales. Un ejemplo es el fondo anticíclico aprobado, es un avance importante porque se acordó con la oposición y eso permite que se convierta en una política de estado. Creo que eso nos dará un poco de luces para ir saliendo de la crisis, la situación es crítica y debe trabajarse rápido”, comentó Sancho. A su vez, tras terminar los discursos, Vicchi afirmó: “Coincidimos en la necesidad de establecer políticas de estado que permitan previsibilidad y estabilidad para el crecimiento de la vitivinicultura. Como dijo el gobernador Alfredo Cornejo, somos un ejemplo para el mundo y es la industria más importante de Mendoza”.
Este evento es la ocasión ideal para que COVIAR haga un análisis del sector e informe sobre su gestión anual. En ese sentido, su presidente Ángel Leotta dio un discurso sobre el panorama negativo del sector en base a la inflación y el estancamiento económico: “Transitamos por una situación de gravedad, cuyos síntomas son la caída de ventas en el mercado interno, la acumulación de stocks que inciden negativamente en el precio de la uva y del vino y la baja rentabilidad de toda la cadena”.
De todos modos, Leotta describió a la cadena de valor vitivinícola argentina como una gran cadena productiva, de peso específico en el país y en el mundo, que debe continuar creando su camino y debe reforzar su sentido de dignidad nacional. “La vitivinicultura está viva, tiene tradición y es joven. Esto es una fuente de riqueza que hay que aprovechar y canalizar. No tenemos por qué acobardarnos y dejar de enfrentar las condiciones en que nos encontramos. Esta gran cadena productiva aguantará, como ha aguantado, revivirá y prosperará”, concluyó el directivo.