En esta fecha que conmemora el Fallecimiento del Padre de la Patria ponemos de relieve algunas de las acciones y personas que el Gral. José de San Martín contó para la organización y marcha del Ejército de Los Andes.
El Cruce de Los Andes
El conocimiento topográfico de la Cordillera fue adquirido por San Martín en primer lugar, de los diarios de viajeros españoles o ingleses que recorrieron el territorio y que estuvieron a disposición del Estado Mayor del Ejército de los Andes y por ende de la oficialidad.
Los reconocimientos personales que San Martin realizó en numerosas oportunidades en el período de 1815 a 1816 fueron heroicos por las dificultades de salud y los riesgos de la montaña, (es importante decir que contó con delegación del poder político en el Cabildo como consta en numerosos documentos oficiales) .
Estos reconocimientos son los que le permitieron elaborar las Instrucciones a los jefes de las columnas principales, en las que se encontraban los detalles y características del terreno, cálculo de las horas de marcha, existencia o no de agua y forraje. Realmente, de su lectura, brota con suprema claridad el genio observador y detallista de San Martín. Contribuyeron también a los reconocimientos geográficos, los cuerpos de Topógrafos e Ingenieros del Ejército de los Andes, quienes nutridos de profundos conocimientos llevaron a cabo audaces incursiones por los pasos cordilleranos que luego volcaron, en arduas tareas de gabinete, en planos y mapas.
Los Baqueanos
Recordamos en esta fecha especial el aporte inestimable de los baqueanos, personas conocedoras de aquellos lugares y que permitieron tanto como pronosticar el estado del tiempo, temporales o las particularidades de la cordillera. Son pocos los nombres que han quedado registrados en documentos, destacamos a uno de ellos: Justo Estay, baqueano de confianza de San Martín, que cumplió arriesgadas misiones secretas de reconocimiento antes de Chacabuco.
