(7 minutos de lectura estimada de la nota)

Con el valor de la ficha pagada a los cosechadores y de los fletes como los factores de  mayor peso, el costo de cosecha en este 2021 que concluyó entrado el mes de mayo fue hasta 93% más cara que el año pasado. Entre otros factores, disponer de la dotación de trabajadores e implementar los protocolos exigidos por la emergencia sanitaria de Covid-19, ítem inédito, también se hizo sentir en una vendimia de casi 22 millones de quintales de uva.

Así lo confirman los últimos reportes del INV respecto a un volúmen que aventaja en casi 7% al 2020, y que en Mendoza, con 15,5 millones en total, significó 7,8% más interanual. Pero ¿cuánto tuvieron que erogar los productores, en esas condiciones, para llegar al final de la recolección en las fincas y redondear esas cifras?.

No sólo la variación interanual de los ítems, sino también su mayor peso en la estructura son parte de la explicación. Por ejemplo, la ficha pagada por tacho de uva tinta común subió 75% respecto al 2020, mientras que el flete, según números de Aprocam (Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza) un 43%: no obstante, en el primer caso la participación relativa llegó a 65%, 4 puntos más interanuales, y en el segundo bajó a 22%.

Así lo indica el estudio de costos de cosecha elaborado por el equipo económico de Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas), en base a distintos escenarios, por tipo de uva, sistema de conducción de viñedos y forma de recolección (manual, asistida y mecánica). Y concluye en $321 por quintal (equivale a 100 kilos) de uva tinta común cosechada manualmente, para una finca con un rendimiento de 150 q por hectárea, contra $196 del año pasado, y comparativamente con el ciclo 2019-2020 el incremento promedio (entre uvas básicas y varietales) casi duplicó al de la vendimia anterior.

Malbec y las blancas, en números

Por cotización y rendimientos, el panorama se acentúa más en el caso de la uva varietal. Y Malbec es el ejemplo paradigmático, con mano de obra y fletes también como los factores de mayor incidencia.

Con una hectárea que rinde 120 quintales como modelo de estudio, el análisis concluye en un costo de casi $43.000 por hectárea y $440 por quintal, lo cual implica un incremento de 69% al 72% respecto al año pasado, según la zona. Pero en este caso, de acuerdo al estudio, el costo asociado al pago de las fichas a los cosechadores y cuadrillero representa el 74% del costo total de cosecha, mientras que en 2020 representaba el 71%.  

En cambio, para la cosecha 2020 levantar un quintal de Malbec equivalía a $260, esto es, 38% más que en 2019. Y $322 de forma mecanizada, un 51% interanual.

Pero al cosechar las variedades blancas se notó más el incremento.  Para el escenario de uva blanca común el costo de la cosecha manual superó los $58 mil/ha, con un quintal a $290, un 75% más que en 2020. Este aumento se explica principalmente porque el precio de la ficha se duplicó, mientra que el flete fue 43% más caro.

Y en la Chardonnay, con $441 por quintal cosechado y casi $40.000 la hectárea, alcanzó un pico del 93%. En buena medida porque el tacho se pagó a más del doble (116%) que en el 2020.

El ítem “pandemia”

Lo dicho: los protocolos diseñados para una cosecha que se llevó adelante íntegramente en el contexto del Covid-19 por primera vez se sumaron al presupuesto. Y también impactó el desafío de contar con el suficiente personal en las fincas por las dificultades para el traslado.

Puntualmente, instalar baños químicos en las fincas este año representó unos $500 por hectárea. Y en la torta de erogaciones para la temporada ya ocupa un 1% del total, sin contar gasto eventual en alojamiento.

En la industria, frente a las dificultades para el desplazamiento de los cosechadores que suelen llegar de las provincias del Norte a Mendoza, creció la cosecha mecanizada. Y los números lo justifican: de acuerdo al análisis, si bien emplear cosechadora significó $381 por quintal, de un año al otro se encareció 44%, es decir, menos que la erogación en personal. 

 Según el economista Luciano Andino, responsable del estudio “hay una cuestión estructural con la mano de obra que viene desde hace años, y las dificultades para el traslado contribuyeron. Muchos productores reconocieron que fue muy difícil conseguir trabajadores, por lo que a esa dificultad se sumó la coyuntura en cuanto a la discusión sobre el precio de la uva y de cuánto iba a ser la cosecha”.

Entre productores de distintos oasis hay coincidencia en que los precios de referencia que intentó establecer el Gobierno a través de su operativo de cosecha no terminó de reflejarse en el mercado. O en parte, más allá de los $65 por kilo de la cotizada Malbec en Valle de Uco.

En otras zonas, como el Este, se abrió una brecha entre lo pactado y lo liquidado, frente a la estructura de costos. Un ejemplo fue Bonarda, que a pesar de cotizarse en torno a $3.700 y $4.000 por quintal en algunos casos las bodegas pagaron alrededor de 15% menos.

Por eso, no son pocos los productores que se quejan de que “la ficha se fijó a un valor, pero el ingreso real fue inferior”. Así, se atribuye a la menor afluencia de mano de obra de otras zonas del país que el precio del tacho haya aumentado fuerte: para el análisis de Acovi eso explica que ese costo sea entre 62% y 79% superior este año.

Manual versus mecanizada

La comparación con la forma de recolección manual pone en evidencia un dato: la mecanización es más rentable en fincas con mayor rendimiento por hectárea. De hecho, de unos $700 por quintal en fincas de hasta 80 (uva tinta común), su costo empieza a descender hasta cerca de $250 cuando el volúmen llega a los 300 quintales. Y ambos sistemas cuestan prácticamente lo mismo si la cosecha es a razón e 210/220 quintales por hectárea. 

Y aunque en general la mecanizada creció,  está hasta 35% arriba en costo comparativo ($386 por unidad en el caso de las tintas). Tal vez por eso, la conclusión apunta a que el sistema de cosecha asistida ($310) resulta el más conveniente porque premite ahorrar hasta 6% frente a la manual ($321).

“En 2020 se dio lo contrario a este año respecto al incremento de la mecánica sobre la manual. Si bien nuestras estimaciones dieron que el sistema mas conveniente económicamente fue el de cosecha asistida, el año pasado la mecánica creció a un ritmo mayor respecto a 2019”, señala Andino, quien además ve que en 2021 se consolida e incluso que el punto de quiebre a favor de las máquinas cosechadoras se traslada a 150 quintales.

Sin embargo, hay otros aspectos a tener en cuenta.  Los resultados muestran que la cosecha mecánica resulta un 20% más cara que la manual, luego de incrementarse 44% interanual  debido principalmente al aumento en la cotización del dólar. En este escenario se observa que el flete representa el 18% del costo total de cosecha.

Fuente: Sitio Andino

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2023 Diseño: PWM

Suscribase al boletín de noticias

Te haremos llegar a tu correo las novedades del sector

You have been successfully Subscribed! Ops! Something went wrong, please try again.
No, gracias