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Los productores vitivinícolas celebraron la decisión del Ejecutivo de que la actividad estuviera incluida entre las esenciales desde el inicio de la cuarentena. “Fue una situación complicada que se ha sorteado. Hay que reconocer la actitud del Gobierno que, ante algunas posiciones irracionales de querer parar todo, se puso fuerte y se trabajó con los sindicatos por el cuidado de la gente”, resaltó el ingeniero Marcelo Federici de ACOVI.

“No es solamente levantar la cosecha a cualquier costo, sino porque toda esa gente que está trabajando como mano de obra, vive el resto del año de las labores culturales de la finca”, explicó el productor vitivinícola. Y agregó: “la situación generó una incertidumbre muy grande porque en la vitivinicultura si no podés levantar la cosecha, no tenés plata en todo el año. Y hay muchos costos fijos como los obreros, impuesto, entre otros”.

Además, habló acerca del contexto en el que se desató la pandemia. “Este año la cosecha se adelantó casi tres semanas por el cambio climático y el adelantamiento de la maduración de las uvas. Eso ya nos había llevado a un ritmo de cosecha -durante febrero y los primeros días de marzo- importante, entonces cuando comenzó la pandemia ya llevábamos un gran porcentaje de avance en la cosecha, de casi el 70%. Si hubiese sido como años normales, el mes fuerte es abril. Esto nos jugó en contra por temas de alcohol, pero nos jugó a favor por el coronavirus”.

El protocolo en fincas y bodegas

Las bodegas trabajan normalmente con protocolos para tener contenido al personal y evitar posibles contagios de Covid-19. Sin embargo, Federici resaltó el hecho de que la mano de obra se vio resentida hacia el final de la cosecha porque los obreros golondrinas regresaron a sus lugares de origen y esto complicó la disponibilidad de personal.

En cuanto a las medidas de seguridad, indicó que al principio el coronavirus generó miedo entre los trabajadores por el desconocimiento, pero trabajaron en brindar una correcta información. “Se actuó a partir de un protocolo, fundamentalmente de limpieza individual de los obreros y se evitó el contacto entre camioneros y los operarios de la bodega”, explicó.

Hicieron hincapié en la limpieza del personal, en el correcto lavado de manos y en la distancia social. “Les solicitaron a los trabajadores que utilizaran una muda de ropa distinta en la bodega a la que traían desde sus casas”, dijo.

Actualmente en las bodegas solo queda el personal de planta realizando tareas de mantenimiento y clarificación, por lo que disminuye la circulación de gente. “En los viñedos estamos inactivos, esperando las heladas para que caiga la hoja y podamos hacer la poda en el invierno, en donde va a ser más fácil el tema del distanciamiento social”, comentó el productor.

Fuente Vía País

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