Un estudio del sector afirma que, para cubrir los costos, un pequeño viñatero debería duplicar la producción en la misma superficie o el precio de venta de su vino
Por Roberto Seifert | LA NACION
La situación de la vitivinicultura es cada vez más preocupante, y mientras el sector espera respuestas a sus demandas los números sacan a la luz los efectos de la crisis ocasionada por la sobreproducción y la coyuntura económica. En los últimos días se conoció un estudio que indica que, para cubrir los costos, un pequeño productor debería duplicar la producción de uva en la misma superficie o vender el vino al doble del precio actual.
El informe fue elaborado por el Observatorio de Economías Regionales de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), entidad que representa a 32 cooperativas vitivinícolas, 5000 productores integrados y más de 2000 terceros que abarcan unas 25.000 hectáreas en el país.
Según el estudio, para el caso del vino blanco, con un rendimiento de 200 quintales de uva por hectárea y a un precio al productor de $ 2,10 el litro, el ingreso total mensual es de $ 25.947 pesos, contra los $ 53.681 que suman los costos. Pero si se consideran pérdidas por granizo, los ingresos caen a $ 22.055 con igual costo.
Para cubrir esos costos con amortizaciones se necesitarían rindes de 414 quintales o vender el vino a $ 4,35 el litro, mientras que con granizo esas cifras treparían a 487 quintales y $ 5,12 el litro.
Para el caso del vino tinto genérico, con un rinde de 150 quintales y $ 2,66 el litro, el ingreso mensual en un escenario normal es de 24.617 pesos contra 50.847 de costos, mientras que con granizo los ingresos caen a 20.924 pesos. En ese caso se llega al equilibrio produciendo 310 quintales o con un precio de $ 5,50 el litro, en tanto que con granizo se necesitan 365 quintales o $ 6,47.
Acovi considera los casos en que el viñatero es propietario de una finca de 15 hectáreas, es dueño de la maquinaria y trabaja sin contratistas, entre otras características.
No obstante, los precios que considera el estudio son los que indica la Bolsa de Comercio de Mendoza, “pero la recesión es tan grave que si un productor pide ese precio la industria le dice que vuelva el mes siguiente”, dijo preocupado a LA NACION el gerente de Acovi, Carlos Iannizzotto, quien sumó a la problemática las altas tasa de interés y el aumento de los insumos a causa de la inflación. Agregó que sin posibilidad de exportar, por la pérdida de competitividad y con una cosecha importante que ya se comienza a visualizar “es muy posible que el precio del vino no sólo no aumente, sino que tienda a bajar”.
En este contexto, el dirigente teme que comience a haber desempleo, “ya que los viñateros no tienen capacidad para pagar el costo salarial”.
Para Iannizzotto, la urgencia es muy grande, y por eso le piden a la Nación que “saque las retenciones para poder exportar, y así mejorar el precio del vino”. Recordó, ante una consulta de LA NACION, que no se cumplió aún ninguna de las medidas de apoyo al sector anunciadas por el Gobierno durante la Fiesta de la Vendimia, en marzo pasado.
Por otra parte, mañana, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, volverá a reunirse con los gobernadores de la provincias vitivinícolas, con quienes ya se había encontrado el jueves pasado, para analizar esta problemática. Aquel día, los gobernadores habrían solicitado a la Nación ayuda económica, pero no habrían recibido respuestas concretas. No obstante, según se informó, Casamiquela hizo hincapié “en trabajar sobre la promoción de exportación sobre la base del valor agregado, ya que esto permite potenciar las economías locales, generar puestos de trabajo y fomentar el arraigo”.
En tanto, el secretario del Consejo de Administración de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), Rubén Panella, dio a conocer un informe de la entidad entregado al gobernador de la provincia, Francisco Pérez, en el que señala que “es necesario revertir rápidamente la situación de precios actual y avanzar rápidamente en formas de integración más profundas, no sólo para elaborar y comercializar el vino, sino también en la producción y en la cosecha de la uva”.
Proponen medidas como la implementación de un fondo de retención de stock para que el productor no malvenda su vino, subsidios a los fletes, eliminación de retenciones al vino y aumento de reintegros, la prórroga de los plazos de vencimientos de créditos de cosecha hasta que se vigorice el precio del vino y la urgente aprobación del proyecto de ley de uso de jugos naturales en bebidas analcohólicas para poder ubicar los excedentes, entre otras.