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La baja de rentabilidad de las bodegas y de los viñateros hace tambalear la supervivencia de los pequeños y medianos productores.

NOTA PUBLICADA EN CLARIN RURAL del sábado 18 de julio de 2015.

La baja de rentabilidad de las bodegas y de los viñateros hace tambalear la supervivencia de los pequeños y medianos productores, cuya presencia es histórica en la vitivinicultura argentina. El 80% de los productores de uva tienen menos de 30 hectáreas.

“Esta es una actividad de gran impacto social. De ella viven el pequeño y el mediano productor y esto es lo que queremos mantener: la estructura social y distribuidora de riqueza de la vitivinicultura”, destacó Eduardo Sancho, presidente de Fecovita.

La planta industrial de Fecovita, que cuenta con 13 líneas de fraccionamiento.

La actual crisis es aprovechada, según Carlos Iannizzotto, por empresarios con “espalda financiera” que aprovechan para comprar las fincas que dejan los productores a valores irrisorios. Así, explicó que se va concentrado la actividad.

Además, detalló que están en riesgo, en la cadena del vino, alrededor de 200.000 puestos de trabajo. Por eso, las cooperativas son un escudo para estos pequeños productores.

Por ejemplo, Fecovita, una cooperativa de segundo grado, le compra la producción a sus asociados a un precio mayor al de mercado.

En este contexto, todo suma.

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