La caída en la demanda (reducción del consumo + recesión), la aceleración de la inflación, la suba vigorosa de tarifas de servicios, la inaccesibilidad al crédito por las altas tasas y la alta presión impositiva son factores que producen un combo explosivo que recrudece la realidad de las economías regionales del país.
El escenario post devaluación hace pensar en la urgente necesidad de propuestas que activen la demanda, contemplen beneficios para los productores y produzcan crecimiento e inversión.
Con el escenario planteado, la rentabilidad de las economías seguramente estará golpeada. En una mejor posición se encuentran los sectores ligados a los agroexportadores, a quienes luego de la devaluación, se les generan oportunidades por una mejora de la competitividad de los productos argentinos frente al resto. Pero para los otros sectores, sobre todo aquellos que venden su producción en el mercado interno, la situación parece complicarse.