Un 17 de agosto pero de 1850, en Francia, fallecía el General José Francisco de San Martín y Matorras, quien fuese apodado como el Padre de la Patria y el prócer más querido y respetado, no tan solo en Argentina, sino también en Latinoamerica.
Mucho se ha hablado sobre el papel que tuvo el General cuando llegó a la provincia de Mendoza, cómo la armó y organizó para crear el Ejército de Los Andes y proveerlo de los elementos necesarios para atravesar la Cordillera. Pero también, del lugar que ocupó como Gobernador de Cuyo, potenciando la actividad en la región, persiguiendo un mismo ideal: La Patria libre.
San Martín en Mendoza.
Rivadavia amenaza a San Martín cuando el General vuelve de la campaña en 1823. Es por eso que se dirige a la Chacra de los Barriales, en Tunuyán, hasta saber cuándo puede volver a Buenos Aires, permiso prohibido por el entonces Ministro de Gobierno.
La relación que tuvo San Martín con la tierra y su función como agricultor duró poco tiempo. Se dedicó a labrar la tierra en la provincia, pero fue por el breve período de 6 meses. En la zona donde se hospedaba contaba con árboles frutales, algunas viñas y demás. Rescató algunos terrenos, mandó a secar médanos para poder recuperar esas tierras y utilizarlas para el cultivo, pero eso fue todo.
En noviembre de 1823 vuelve a Buenos Aires. Decide, por la gravedad política, viajar a la capital para luego retirarse a Europa con su hija, Merceditas. Rivadavia lo seguía amenazado, por lo que San Martín tomó la decisión de dejar Mendoza.
El Cruce. Estrategia formidable.
Más allá de su poca estadía en Mendoza en esa oportunidad, San Martín pensó y diagramó sus estrategias militares en la provincia. Respecto al vino, producto cultural y propio de aquí, se dice que cuando se preparó la comida y los suministros para los soldados que cruzarían la Cordillera de Los Andes, se estipuló la ración de un litro de vino por día. Inclusive, es conocida la anécdota que le ocurre a O’Higgins en el Paso de los Patos: Debido a que la caminata debía ser lenta para evitar el apunamiento y la pérdida de animales y personas, tienen que hacer noche en el lugar. Esa noche, el frío es tan intenso que O’Higgins decide aumentar la ración de vino diaria y de esa manera salvar la vida de los soldados.
San Martín pide ser Gobernador de Cuyo porque, después de haber estudiado por dónde atravesar a Chile y hacer frente a los realistas españoles, se da cuenta que por el norte es imposible. Por esa razón, le pide a Martín Miguel de Güemes que distraiga a los españoles por el norte y generar el ‘movimiento de tenasas’, es decir San Martín por Mendoza y Güemes por el norte. Es por eso que se instala aquí para organizar el ejército libertador.
La cooperación del pueblo fue todo.
San Martín no sólo organiza el ejército, sino a Mendoza. Modernismo, educación, organización de la ciudad, tierras para cultivo, fueron algunos de los aspectos con los que contribuyó el General. Pero no fue todo gracias a él. En sus cartas, San Martín expresa su agradecimiento y la entrega individual y cooperativa de la provincia. Zapataros, plateros, armeros y productores, fueron los que contribuyeron a la causa.
Sin embargo, no todos dieron su apoyo. En aquel entonces no todos estaban de acuerdo en ayudar a la causa. Incluso existen varios archivos (Archivo HIstórico Provincial) en los cuales San Martín explicita que todo el mundo debe colaborar dentro de sus posibilidades.
Muchos daban de sí porque estaban convencidos, compartían el ideal de liberación sin importar cuáles son los costos. Otros, en cambio, estaban obligados. Fue difìcil convencer a la gran mayoría en participar del plan que trajo San Martín. Es más, en varios escritos del General, él decía que tenía ‘130 sables en el cuartel por falta de brazos que los empuñen’. La posibilidad de pasar a Chile estaban, pero necesitaba de personas que se acerquen y ayuden a liberar a Chile. Este era su deseo, pero se vio obligado a presionar de otras maneras, si nadie respondía. Hubo mano firme de San Martín.
“Las máximas para mi hija”. La figura de padre
Merceditas nació un 24 de agosto de 1816, fecha que se conmemora como el día del padre sanmartiniano. La preocupación más grande de San Martín cuando partió a Europa fue preparar a esa niña con los valores necesarios que él trasmitía a sus pares.
Y lo logra gracias a las máximas. Le enseña a amar y respetar, hasta a los esclavos. Ser humilde, amar a la misma naturaleza, a expresarse y presentarse bien, no desear lo que tiene el prójimo, en valores que hacen a una buena persona. Por otro lado, promulga la educación fuerte en matemáticas, música, letras y habilidades manuales, todas disciplinas que por aquel entonces se capacitaba la sociedad.
En el ocaso de su vida, cuando él hace su testamento, muestra que Merceditas ha cumplido largamente las expectativas que tenía para con ella. Cumplió con los valores que él quería inculcarle y desea que su hija, Mercederitas, trasmita a sus nietas.
La figura del gran capitán.
San Martín se convirtió en un paradigma. Es un modelo a seguir. Tuvo la suficiente honestidad y virtudes para lograr cambiar el destino de la mitad del continente. Fue cauto, medido en sus decisiones, tuvo muchos renunciamientos a largo de su vida por un ideal. Para él, la Patria siempre es lo primero.
En referencia a este ideal, en aquel entonces cabía la posibilidad que los españoles invadan la región para retomar sus colonias. Las cajas del Estado no estaban lo suficientemente llenas para hacer frente a esta posible invasión y San Martín le comunica al pueblo de Mendoza que va a reducir su sueldo a la mitad. Con esos fondos ayudaría en los gastos del ejército.
‘Nuestras vidas están en peligro, perdidas nuestras vidas, perece la patria’, exclamaba el General ante tal situación. En otras palabras, San Martín platea que tenemos que estar vivos para mantener la Patria. Si se da la vida de uno, es para que siga existiendo la Patria, no hay otra forma. San Martín esperaba que toda la población se brinde por ese ideal y lograr su gran objetivo: La libertad de los pueblos del sur.
Agradecimiento especial a Elvira Búcolo, exdirectora del Archivo General de la Provincia e historiadora.