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La medida afecta a los productores en una época con uso intensivo de pozo para riego y otros altos costos de producción. Con el nuevo esquema tarifario, la factura eléctrica resultará un 62% mayor a la de febrero del año pasado.

Ante el aumento de las facturas eléctricas desde el 1 de febrero, consecuencia de los precios estacionales dispuestos por la Secretaría de Gobierno de Energía de la Nación, la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI) plantea su rechazo a la medida. Este aumento repercute profundamente en los productores que utilizan pozos para regar sus producciones. Para ellos la suba promedia un 29% y la preocupación es mayor por el uso intensivo de energía que se hace en esta época para riego.

Algunos números sirven para reflejar la incidencia de este factor en los costos de producción. Se estima que el incremento tarifario anunciado impactará fuertemente en el bolsillo del productor vitivinícola, aumentado el costo de su factura eléctrica en un 29% (respecto de la situación sin aumento). Es importante destacar que a raíz del nuevo esquema tarifario, la factura eléctrica resultará un 62% mayor a la de febrero de 2018. Se estima, además, que el costo de la actividad de riego[1] se incrementará en febrero un 36% interanual, pasando de $9.991 por hectárea en febrero de 2018 a $13.544 en febrero de 2019, representando cerca de un 12% de los costos anuales de producción[2].

 

El subgerente de ACOVI, Nicolás Vicchi, afirmó: “Es importante destacar dos aspectos: por un lado el impacto financiero, ya que el productor utiliza el pozo de manera intensiva en meses en los cuales debe afrontar elevados costos en fertilizaciones, curaciones y tratamientos. Esto puede afectar las decisiones a la hora del ahorro en el uso de riego por los altos costos de las facturas e impactar en la producción. Por el otro lado, la estructura impositiva que recae sobre la tarifa de riego agrícola es elevada, siendo más del 25% del total facturado”.

Esta situación fue planteada el año pasado en reuniones con funcionarios y en la audiencia pública que organizó el EPRE en junio de 2018, explicando el impacto negativo de nuevos aumentos para el productor.

Una propuesta para estabilizar las facturas

Desde ACOVI consideramos que no solo debe plantearse el reclamo sino proponer posibles soluciones. En este sentido, hemos venido trabajando en una herramienta estabilizadora para ‘suavizar’ la curva de consumo eléctrico.

En efecto, a través de un trabajo conjunto con el EPRE, se plantea un esquema de estabilización voluntario para tener un consumo con mayor previsibilidad y equilibrio a lo largo del año. Sobre la base de los consumos registrados en los últimos 6 meses, se determina un consumo promedio, monto que se utilizaría para calcular lo que abonará el regante en el mes correspondiente. A modo de ejemplo, el consumo de enero sería determinado por el promedio entre el consumo de ese mes y de 5 meses hacia atrás, permitiendo que el productor pueda destinar sus fondos para hacer frente a los costos de cosecha.

En la factura de agosto, se ajustarían la totalidad de las estabilizaciones otorgadas/abonadas. Al aplicar este esquema la curva de consumo eléctrico se “suaviza”, disminuyendo el nivel de facturación en los meses de uso intensivo del pozo e incrementándolo en los demás meses.

*Se supone un productor de uva tinta común, riego exclusivo con pozo, usuario alcanzado por la compensación tarifaria y consumo anual de 44.618 kw/h.

**Se considera que el pago por consumo eléctrico se efectúa al mes siguiente. Por ello la erogación de enero mostrada en la gráfica corresponde al pago por la energía eléctrica consumida en diciembre.

Esta posibilidad a la cual puede adherirse el productor aliviaría el costo del servicio eléctrico en meses en los cuales, como se mencionó, debe hacerse frente a elevados costos de producción y a su vez el cultivo requiere del recurso hídrico para su correcto desarrollo.

“En los últimos años hemos trabajado intensamente en este tema con acciones como la mejora de la eficiencia energética de nuestras cooperativas a través de diagnósticos con el INTI y el acompañamiento en la gestión de préstamos para invertir en proyectos de este tipo. Por ello solicitamos también que se tenga en cuenta la disminución de la carga impositiva nacional y provincial y se revise la metodología del Fondo Compensador de Riego Agrícola,” concluyó Vicchi.

[1] Para el cálculo se contempla el costo de la mano de obra, irrigación y el costo del servicio eléctrico.

[2] Sin amortizaciones, netos de IVA y antes del pago de impuestos a las ganancias o monotributo según corresponda.

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