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A nadie escapa el hecho de que las economías regionales vienen pasando un mal momento, que se agravó durante el segundo semestre de 2018 como consecuencia del alza sostenida de precios que licuó la mejora que se obtuvo en el tipo de cambio. Así surge del nuesvo índice de competitividad que presentó esta semana Coninagro de la mano de la consultora Ecolatina.  

El estudio, que demandó más de seis meses de trabajo conjunto y que muestra la evolución trimestral de 18 economías regionales, cerró el 2018 con saldo negativo. Es que en general, para el promedio de las economías analizadas, la competitividad empeoró 3,4% durante el último trimestre de 2018, comparado con el mismo período del año anterior.

En tanto, si se analiza el año completo, el índice arroja una caída del 1,6%. El indicador que recoge los datos de las producciones de algodón, arroz, bovinos, aves, cítricos, granos, hortalizas, leche, maní, manzanas, miel, ovinos, papas, peras, porcinos, tabaco, vinos y yerba, muestra que 12 economías regionales cerraron el 2018 complicadas y a la baja, mientras que 6 más, ligadas con el sector exportador y de diferenciación, lograron superar la marca y cerrar en positivo.  

El mendocino Carlos Iannnizzotto, presidente de Coninagro, explicó ante Diario Los Andes que muchas veces se piensa que el tipo de cambio, al ser las economías regionales productoras de bienes transables, es el único indicador de competitividad,  sin embargo hay otros factores o dimensiones, tal como dice el informe, que tienen una influencia mucho más clara.

 “Argentina tiene que trabajar en la competitividad, porque es el camino para defender al consumidor, además de que nos permite tener un mejor producto”, aseguró Iannizzoto, quien agregó que este tipo de trabajos estadísticos es un aporte para la toma de  decisiones y para analizar el impacto de las políticas publicas en la competitividad.  

Para la construcción del índice se analizaron diversos aspectos: recursos naturales, infraestructura, población, entorno macroeconómico e institucional, desempeño económico, además del sector externo, entre otros.

“La conjunción de los diversos indicadores que componen cada una de estas dimensiones permite obtener un único indicador que refleja el desempeño de la competitividad multidimensional a lo largo del tiempo”, indicó Mariángel Ghilardi Sierra, coordinadora de Estudios Sectoriales de Ecolatina.

Si bien el índice no contempla proyecciones, lo cierto es que desde Ecolatina sostienen que tanto la intención de siembra como la producción estimada para la próxima campaña auguran un avance en el desempeño económico de las  economías  regionales para el 2019, aunque “el consumo  interno  continuará debilitado”.

Índice de competitividad

Iannizzotto indicó a la radio Cadena 3 que la competitividad “tiene muchos elementos que la configuran”, y marcó que el índice “trata de mostrar cuáles son los elementos, y no simplemente pasa por el dólar o el tema impuestos, sino que hay elementos de orden humano, territorial, educativo e infraestructura”.

“Todo eso hace competitivo a un sector, a una economía, una producción. Es agregar una herramienta para que lo que decimos esté reflejado en números y no en pareceres”, agregó.

La metodología del Índice de Competitividad de Economías Regionales (ICER) fue desarrollada por Ecolatina, consultora en economía y empresas, junto con el Área de Economía de CONINAGRO. La entrevista radial se puede escuchar haciendo click aquí

Fuentes: Diario Los Andes y Cadena 3 Argentina

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