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Ante las iniciativas que impulsan el tratamiento de leyes para establecer la tolerancia cero de alcohol en sangre para poder manejar en el territorio nacional, de nuestra parte expresamos nuestra preocupación y peticionamos a las autoridades nacionales que reconsideren esta postura ya que creemos que se trata de políticas erradas que no resuelven el tema de fondo: la irresponsabilidad al volante.

Promovemos desde siempre y en todos los ámbitos el consumo responsable y saludable; y nos parece muy bueno que el Estado trabaje para reducir la cantidad de accidentes de tránsito, pero consideramos que la solución que se quiere aplicar no es la correcta. Estamos comprometidos para poder seguir trabajando en conjunto en pos del consumo responsable y solicitamos reunirnos con las autoridades que impulsan este proyecto para explicar más detalladamente nuestra postura y ponernos a disposición.

Creemos que se debe proteger a los ciudadanos y a los consumidores. pero estas soluciones no van en esa sintonía. Se deben realizar más campañas de concientización y educación sobre consumo responsable en los niveles educativo, aumentar la cantidad de controles, endurecer las penas para aquellos que manejen superando los límites permitidos e invertir para mejorar la infraestructura vial.

Se actúa sobre las consecuencias, pero no sobre las causas que llevan a superar los valores controlables por la persona. De este problema no se sale con soluciones simplistas. Se requiere un gran trabajo de concientización sobre todo en los jóvenes, ya que estos están involucrados en el mayor porcentaje de accidentes de tránsito y no justamente por haber tomado una copa de vino en restaurante para acompañar la cena o haber participado de una degustación en una bodega.

De acuerdo a un informe de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el riesgo relativo de accidente aumenta de forma significativa con tasas de alcoholemia superiores a 0.5 g/l. La OMS propone promulgar y hacer cumplir leyes que establezcan el límite de concentración de alcohol en sangre (CAS) en 0.5 g/l para contribuir a reducir los accidentes relacionados con el consumo de alcohol.

Según el informe mencionado, implementar alcohol cero puede implicar una pérdida de eficiencia porque al establecer como máximo 0,0g/l se busca a todos los conductores a cualquier hora del día y en todo lugar, debido a que cualquier persona puede consumir una porción mínima de alcohol que produzca una alcoholemia positiva. Distinto es controlar a partir de 0,5g/l, porque así sólo se busca a las personas con graduaciones mayores a este valor. Por lo que se pueden ubicar momentos y lugares donde las personas estén más propensas a consumir en exceso y conducir.

No puede afirmarse que todas las personas consumen alcohol de la misma forma y en las mismas circunstancias. Existen factores como el tipo de bebida, la edad y el entorno en el cual se toma, que incitan o no al consumo irresponsable y a transgredir las normas vigentes. Consideramos pertinente recordar un informe publicado en el año 2015 por la Organización Mundial de la Salud donde ubica dentro de los 10 países más seguros para conducir a jurisdicciones de la Unión Europea y del Commonwealth en los cuales el límite de alcohol en sangre permitido para conducir va desde el 0,5 al 0,8 g/l.

Avanzar con una ley nacional de tolerancia cero de alcohol para conducir implicaría un impacto muy serio y dañino para la industria vitivinícola. Por ley 26.870, sancionada por unanimidad en el Congreso de la Nación, el Vino Argentino es la Bebida Nacional y hoy la vitivinicultura es una actividad económica generadora de empleo de calidad que está presente en 18 provincias. Además, el Código Alimentario Nacional considera al vino como un alimento por sus propiedades.

El vino es parte de nuestra tradición y cultura, vinculado con diversos sectores que generan trabajo como el enoturismo y la gastronomía. Sigue siendo una bebida con una importante penetración en la dieta y alimentación de los argentinos, que se asocia principalmente a la familia y amigos, y no a salidas nocturnas.

Alertamos sobre el peligro que implica para la salud de los argentinos avanzar con normas que le habilitan la mesa familia a las bebidas azucaradas con productos industriales altamente dañinos como el jarabe de maíz de alta fructuosa. ¿Cuánto le cuesta al Estado en términos de salud pública y cuánto sufrimiento puede traerle a las personas este ataque a la cultura y a la forma de alimentación de los argentinos?

Nuestra preocupación es grande, ya que la disminución del consumo de vino implica que cientos de productores quedan en el camino. Son pueblos que quedan relegados, economías regionales postergadas. Esta industria del interior del país involucra a mucha gente de todas las provincias vitivinícolas que ponen el alma para llevar el vino a la mesa de los argentinos.

Por ello instamos con urgencia a los gobiernos provinciales y legisladores nacionales por las provincias vitivinícolas argentinas a que rápidamente tomen medidas para concientizar a las autoridades nacionales promotores del proyecto de ley que esta no es la solución ni el camino correcto.

Estas son las cámaras y entidades vitivinícolas que firman este comunicado:

• Asociación de Cooperativas Vitivinícolas
• Asociación de Viñateros de Mendoza
• Cámara Argentina de Vinos a Granel
• Cámara de Exportadores de Jugo Concentrado de Uva
• Cámara de Productores Vitícolas de San Juan
• Cámara Vitivinícola de San Juan
• Consorcio de Productores y Bodegas de Catamarca
• Federación de Cámaras Vitícolas de la República Argentina
• Unión Vitivinícola Argentina
• Cámara Argentina de Vinotecas y Afines
• Centro de viñateros y bodegueros del este

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