El 13 de febrero se cumple un nuevo aniversario desde que el primer Obispo de Mendoza, Monseñor Anibal Verdaguer coronó a la Virgen de La Carrodilla en 1938 como “La Patrona Celestial de Los Viñedos”. Ese mismo año se incluyó a la Bendición de la Cosecha, actualmente Bendición de los Frutos, en los actos oficiales de Vendimia y se declaró a la iglesia y el Calvario, en Carrodilla (Luján), monumentos históricos.
Un poco de historia:
La imagen de la Virgen de la Carrodilla llegó a la provincia en el equipaje de Antonio Solanilla, quien la trajo desde su Aragón (España) natal en 1911. Esta advocación data del siglo XIII, cuando la Virgen María se les apareció a dos mineros asturianos, sobre la carrocilla que llevaban, con el niño Jesús en un brazo y un racimo de uva en el otro.
Cuando don Solanilla se instaló en Luján junto a su esposa, doña Mercedes Estrella, levantó un oratorio para la Virgen y, como era una zona donde se cultivaban viñedos, la devoción de la gente del lugar comenzó a crecer. Allí concurría la familia y los vecinos de la zona a rogar por la buena cosecha. Según cuentan, una noche en que caía piedra sacaron la imagen de la capilla y le pidieron que salvara la cosecha, e inmediatamente la tormenta paró. Con el tiempo, la palabra carrocilla se convirtió en Carrodilla.
Hoy la imagen de la Virgen es transportada por cosechadores y a su paso, cada uno de los que disfrutan la fiesta vendimial, elevan su ruego silencioso, con devoción y esperanza.