Rodolfo, como buen hijo y nieto de italianos, hizo de su vida una alegoría al trabajo -sus manos lo delataban-, muy especialmente la agricultura, se dedicó con tanto afán a sus cultivos, que con orgullo trasladó a sus hijos desde pequeños ese mismo entusiasmo de ver crecer y cuidar las viñas que con tanto sacrificio lograron junto a sus predecesores.
Con el paso del tiempo, los fenómenos climáticos desfavorables y las diversas etapas sociales vividas en el país, fue el Cooperativismo una alternativa claramente positiva para los pequeños y medianos productores, que aunados bajo esta forma de comercialización lograron mantener sus fuentes de trabajo.
Es esa época, por 1976, Rodolfo comenzó a incursionar en la Cooperativa Rama Caída en reemplazo de su querido padre, don Fioravante Santarossa, vecino de ese pujante distrito y precursor en este ámbito en el departamento de San Rafael.
Aprendió con tesón junto a sus colegas productores que unidos era la única forma de defender sus bienes y cosechas, dejó largas jornadas en su Cooperativa, ya sea verificando personalmente el mantenimiento de las máquinas y piletas, controlando la calidad de las uvas, acercándose a cada obrero y empleado para conocer a ciencia cierta toda gestión, relacionándose con cada socio e invitando a nuevos para proteger esa Empresa que heredó de sus mayores…hasta que con su actitud y a pedido de los Directivos, hizo un paso adelante y desprendiéndose de sus labores habituales, se animó a formar parte del Consejo, tarea a la que imprimió una gran dedicación y con un fuerte compromiso llevó adelante por varios años, relacionándose con otros organismos ligados a la vitivinicultura , como INTA, Sociedad Rural, etc. hasta que fue electo consejero de Fecovita.
“Esto significó para Rodolfo -por su humildad-, una distinción más que una obligación”, recuerda su familia. “Cada jornada de Consejo era muy esperada y fueron para él un compromiso de honor, dejaba todo para participar con respeto y admiración, guardando siempre un afecto especial para con los restantes integrantes, para cada uno tenía una frase que reseñaba la conexión lograda. Volvía pleno, contagiando a la gente de su Cooperativa el dinamismo y la necesidad de nuclearse para crecer”.
Falleció en el pasado 23 de diciembre. ACOVI Y FECOVITA recuerdan con agradecimiento a quien fue durante mucho tiempo su colaborador y ruegan elevar una oración en su memoria.