Por Ing. Francisco Maravilla – Servicios Cooperativos Vitivinícolas
Mantener la competitividad del pequeño productor vitícola se vislumbra como una tarea cada vez más difícil. Esto se debe a que los costos de producción continúan encareciéndose y el precio de venta tiene un límite que está marcado por el consumo.
En ese contexto, no queda otra alternativa que ser lo más eficiente posible. Además hay que tener en cuenta que hay que competir con grandes grupos con esquemas de negocio que les permiten acceder con mayor velocidad y facilidad a nuevas tecnologías de manejo para reducir costos y mejorar la rentabilidad de la producción.
Estos métodos de producción, enfocados en incrementar el uso de maquinaria, no están al alcance de productores de baja escala, ya que, además del costo de la inversión, hay que considerar la actualización constante de tecnologías, la especialización para un aprovechamiento óptimo y eficiente y la amortización de esta maquinaria.
Por esto desde el sector cooperativo estamos convencidos de que hay que fomentar esquemas de prestación de servicio para que los productores accedan tecnologías que permitan mayor eficiencia productiva.
Mientras se generan estas unidades de servicio y con el objetivo de alcanzar la mayor eficiencia posible, nos enfocamos en mostrar, a través de distintas jornadas y capacitaciones, que existen herramientas y tecnología que, si bien no logran la eficiencia de esquemas con mecanización integral, permiten ir transitando el camino hacia esta modernización de manejo y gestión de los viñedos.
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